Los ChatBots pueden afectar negativamente al pensamiento crítico humano al proporcionar respuestas preprogramadas e inmediatas a preguntas complejas. Esto puede limitar la capacidad de las personas para pensar en profundidad sobre un tema, ya que no tienen que hacer ningún esfuerzo para llegar a una conclusión. Además, los ChatBots a menudo no pueden captar el contexto de una conversación y, por lo tanto, pueden proporcionar respuestas poco útiles o incluso incorrectas. Esto puede llevar a personas a asumir que estas respuestas son correctas, lo que puede limitar su capacidad para evaluar críticamente información y situaciones.
Esta pequeña introducción relativa
a una de las implicaciones que puede tener la escritura automática por
Inteligencia Artificial (IA) o ChatBots sobre el pensamiento crítico humano, no
es mía, sino que es la respuesta que me ha ofrecido al respecto y en milésimas
de segundo la ya famosa IA chatGPT (1) desarrollada por la empresa OpenAI (un sistema de chat basado
en el modelo de procesamiento de lenguaje natural por IA de generación GPT-3), en un pequeño ejercicio de pruebas que he realizado con
esta plataforma y que bien nos puede servir a modo de entrada para la presente
reflexión. Una disertación ésta, cabe puntualizar, que no deseo basarla ni en
los diferentes tipos de ChatBots existentes en el Mercado, ni en sus
impresionantes competencias de dar respuestas tan acertadas como completas
sobre cualquier tema aun complejo mediante una expresión “humana” por natural, ni
en su disruptiva capacidad de obtener textos automáticos bastante bien
desarrollados y de extensión ilimitada a voluntad de cada cual que, cabe
destacar, se obtienen con una velocidad superior a la que cualquier persona
puede tardar en abrir un buscador de internet o un libro para indagar sobre los
conceptos que quiere desarrollar. Ciertamente, todo un sueño hecho realidad para
estudiantes vagos, mercenarios de la escritura, y blogueros deshonestos por
plagiadores, entre otros ciber piratas que hacen trata informativa para
explotación particular del conocimiento. Sino que mi intención reflexiva en
este caso es más filosófica, centrando el presente artículo sobre el eje
vertebrador de una pregunta nada nimia por trascendental a mi parecer: ¿Los
ChatBots nos van a hacer más tontos?.
Para dar respuesta a la pregunta
substancial que nos ocupa, utilizaremos como método hermenéutico válido el
análisis comparativo de las posibilidades generativas de conocimiento de los
ChatBots versus las cualidades principales que configuran el concepto
estándar que tenemos de una persona inteligente, que no son otros que aquellos
que denotan una normalidad o superávit de inteligencia racional (descartando en
este punto de manera intencionada la inteligencia emocional), y que podemos
sintetizarlos en: capacidad de Pensar, capacidad de Pensamiento Crítico, y capacidad
de Pensamiento Creativo. Así pues, ¿cómo puede afectar los ChatBots a estos
tres rasgos rectores de la inteligencia racional humana?. Veamos:
1.-ChatBots
versus capacidad de Pensar
En
primera instancia, y para entrar en materia sin rodeos, debemos entender que
el proceso cognitivo del Pensar humano requiere de tres fases bien definidas: una
primera fase de recopilación de información (mediante acciones de observación,
descripción y comparación), una segunda fase de reflexión (mediante la acción
del análisis), y una tercera fase de conclusión (mediante una acción de
síntesis de la información objeto de nuestro acto de Pensar) (2). Tres fases cognitivas que
los ChatBots, como bien sabemos, realizan automáticamente y en milésimas de
segundos por las personas. Ergo, podemos ya a aventurarnos a afirmar sin
rubor alguno en este punto inicial del desarrollo argumental que, en un mundo
inmerso en la era digital y más específicamente en la era robótica, los
ChatBots pueden llegar a suplir la capacidad de Pensar de las personas comunes en
una clara substitución de la capacidad cognitiva humana por otra de naturaleza
artificial en el uso de la vida cotidiana de los individuos.
No olvidemos que la naturaleza
evolutiva del ser humano se fundamenta sobre la observancia de una ley
universal para nuestra especie como es la del mínimo esfuerzo. Un rasgo
inherente a la neurobiología humana, que llevamos de serie genéticamente, con
el que buscamos el equilibrio existencial personal y social mediante el Principio
de Energía Mínima. Que, sea dicho de paso, es esencialmente la segunda Ley de
la Termodinámica que, por tratarse por antonomasia la ciencia de la energía, es
extensible a cualquier sistema biológico. Pues física y biología son dos caras de una
misma moneda. Una ley general de uso común práctico en nuestras vidas
cotidianas que nos revela que para un sistema cerrado, con parámetros externos
constantes y entropía, la energía interna disminuirá y su valor será cercano al
mínimo en el equilibrio. Siendo aquí el sistema cerrado nuestro entorno de
conocimiento digitalizado, la entropía que mide el grado de organización del
sistema en equilibrio los ChatBots (que gestionan dicho conocimiento), y la
energía interna mínima nuestro bajo esfuerzo cognitivo humano en el acto de Pensar.
O, dicho en otras palabras, en un futurible mundo normalizado en el uso
generalizado de ChatBots, el hombre dejará de Pensar a voluntad por pura
comodidad de un pensamiento fácilmente dado y consumible a demanda mediante un
solo clic.
2.-ChatBots
versus Pensamiento Crítico
No
obstante, habrá tanto ilusos como feligreses acérrimos de los ChatBots
que, obviando la naturaleza humana del mínimo esfuerzo, defiendan que la
inmersión de la sociedad digital en el uso normalizado de la generación de
contenidos automáticos puede ser una herramienta útil para el desarrollo de la
capacidad cognitiva del pensamiento humano. Pues la variedad y profundidad de
enfoques que los ChatBots pueden ofrecer, en su vasta facultad de gestionar
mega datos de contenidos varios, permitirá a las personas el evaluar la
información y los argumentos desde nuevas perspectivas, e inclusive a
desarrollar nuevas habilidades en lo que a resolución de problemas se refiere.
Es decir, que los ChatBots promoverán el Pensamiento Crítico en las nuevas
generaciones. Nada más alejado de la realidad, por incongruente. Pues
justamente el Pensamiento Crítico se fundamenta en el análisis
y la evaluación de la consistencia de los razonamientos, los cuales sobrevienen
cualitativamente desde las fases de reflexión y conclusión del proceso mental
de Pensar, que a su vez están determinadas en origen por la fase previa de
identificación y recopilación de la información como materia objeto del acto de
Pensar.
Es por ello que, en un escenario
estadísticamente probable donde la capacidad cognitiva del Pensar humano pueda
ser substituido por el uso generalizado de un pensar artificial o ChatBot, la proposición
de un Pensamiento Crítico humano desarrollado a partir de la ausencia de un
proceso pensativo previo queda invalidada por ser un reductio ad absurdum.
Pues lo contrario es afirmar que aún sin la acción proactiva de Pensar sobre un
tema, puede manifestarse un Pensamiento Crítico sobre el mismo. O que el
Pensamiento Crítico, como razonamiento lógico-crítico, puede existir como
razonamiento aun despojándola de la Lógica procesal de la que parte. Dando por
hecho, por otra parte en un summum de delirio sociológico, que como
norma y hábito conductual general las personas repensarán las conclusiones que
les ofrezca un ChatBot sobre cualquier tema, contradiciendo asimismo la
constante del Principio de Energía Mínima o esfuerzo mínimo que caracteriza a
la condición humana.
3.-ChatBots versus
Pensamiento Creativo
Bajo esta línea argumental, tampoco
se puede aseverar sobre el desarrollo del Pensamiento Creativo desde un
contexto de inmersión sociológica por parte de los ChatBots, ya que todo proceso
mental creativo parte indivisiblemente de un Pensamiento Crítico previo. Si
entendemos que el Pensamiento Creativo consiste en desarrollar nuevas ideas y
conceptos, Pensar de una manera distinta a la establecida para resolver viejos
o nuevos problemas emergentes, reinventando o redefiniendo la relación
preexistente de pensamientos instaurados -lo que popularmente se conoce como Pensar
fuera de la caja-, entenderemos asimismo que el Pensamiento Creativo no es más
que una derivación superlativa del Pensamiento Crítico. Es decir, no existe
Pensamiento Creativo sin análisis y evaluación de la consistencia de los
razonamientos propios del Pensamiento Crítico, ni éste sin los elementos
nucleares del proceso cognitivo lógico-racional al que llamamos Pensar. Pues Pensar
creativamente sin un razonamiento crítico no es crear, y sin intervención
mediante de la Lógica no es Pensar (entendiendo aquí la Lógica como la facultad
racional que permite extraer conclusiones a problemas planteados, mediante la
observancia de conexiones de ideas y conceptos causales necesarios entre los
mismos). Por lo que llegados a este punto se puede deducir, suma y sigue de los
argumentos expuestos, que no hay evidencia alguna de beneficios sociales que
puedan vislumbrase por parte de los ChatBots en calidad de precursores potenciales
para el Pensamiento Creativo humano, sino todo lo contrario.
Conclusión
A la luz de la breve exposición
argumental comparativa podemos concluir que, en un escenario altamente probable
de inminente consumo masivo de Chatbots -que dará inicio a un nuevo tiempo de
gestión del conocimiento humano en plena era robótica, y más aún con la próxima
llegada del GPT-4 de OpenAI (5) que
se prevé tenga una potencia 500 veces mayor que su versión actual, y en plena
carrera competitiva con Google (6)
que en breve lanzará al Mercado nuevas herramientas similares para no
quedarse desplazado-, los efectos sociológicos secundarios de dicho efecto
disruptivo acarrearán presumiblemente una devaluación de la capacidad de Pensar
del hombre medio, y con ello una degradación aún mayor de las facultades
cognitivas colectivas en materia tanto de Pensamiento Crítico como de
Pensamiento Creativo. Por lo que la respuesta a la pregunta central objeto de
la presente reflexión es diáfana: los ChatBots, sin lugar a dudas, nos van a
hacer más tontos en términos generales. Y, por favor, no caigamos en el
eufemismo para autoengaño colectivo de creernos que no es que vayamos a ser más
tontos, sino que estamos cambiando el modelo de inteligencia. Pues no hay más
tonto que aquel que no quiere ver o aquel que se elude autocomplacido de la
realidad. Ya que no hay inteligencia sin capacidad de razonamiento, ni éste sin
actividad mental derivada del proceso inherente a la facultad de Pensar. Y sin
capacidad de Pensar, que es la piedra angular del Pensamiento Crítico y
Creativo, no puede haber inteligencia (3). Que no nos lleven a engaño.
Ciertamente, negar la certeza de
la inminente normalización de un uso sociabilizado de los ChatBots es semejante
a negar la entrada de la próxima estación del año. Una llegada anunciada, por el
avance tecnológico a la par que por nuestra ya más que demostrada tendencia
conductual condescendiente en el uso de herramientas digitales, que augura un
horizonte plausible de un consumo masivo de conocimiento paquetizado de la mano
de los ChatBots, lo que en un sistema referencial cerrado como es el mundo
digital puede llegar a traducirse en un peligro potencial de una imposición paulatina
en materia de pensamiento único. Conscientes que, con independencia de que todo
pensamiento único conlleva inherentemente un totalitarismo moral -cuyo tema no
es menor por ser contrario a la Ética-, el fin último del pensamiento único no
es otro que el de controlar la mente colectiva mediante la transmutación
generacional de sujetos activos a pasivos intelectualmente, haciendo que las
personas no tengan ya capacidad para Pensar sino solo para creer (4) justamente aquel conocimiento
dogmatizado desde los ChatBots. He aquí los grandes riesgos de la escritura
automática elevada a categoría de conocimiento por IA.
Ante esta realidad que se
avecina, la pregunta ya no es si los ChatBots nos pueden volver tontos como
individuos, sino ¿qué vamos a hacer para afrontar esta profecía de pronto
autocumplimiento?. Como primera medida, no resultaría nada descabellado, por el
bien de la salubridad cognitiva colectiva, regular críticamente desde los
poderes públicos los usos y aplicaciones de los ChatBots. Pues, como reza el
refrán, más vale prevenir que curar, y más cuando este es un tema propio de
Estado por su trascendencia social. Aunque mucho me temo que ni poderes políticos
ni económicos tienen interés alguno en que los ciudadanos-consumidores nos
salvemos del proceso de zombificación que se nos viene encima. Para esto,
gobernantes y señores del Mercado son expertos en hacerse los tontos.
Referencias
(1)
ChatGPT
(2)
¿Hemos desaprendido a pensar?. Blog, 2016
(3)
¿Qué es la Inteligencia? ¿Soy una persona inteligente?. Blog, 2021
(4)
El hombre contemporáneo no piensa, sólo cree.
Blog, 2021
(5)
GPT 4 de Open AI podría admitir hasta 1 billón de parámetros, será más grande que ChatGPT 3. The Indian Express, 2022
(6)
La popularidad de ChatGPT provoca un código rojo
en Google y ya todos trabajan en una nueva herramienta IA. Computerhoy, 2022