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USA vs Rusia |
En primer lugar cabe destacar la obviedad de que el mundo se encamina,
nuevamente y tras un periodo de treinta años de desfiguración de líneas divisorias
de poder desde la disolución del Pacto de Varsovia hasta nuestra fecha, hacia
un nuevo orden mundial profundamente marcado por dos bloques de poder. Dualidad
a la que no puede volver a denominarse Occidente-Este, como así se conocía en
el período de la Guerra Fría, ya que un gran número de países del Este ya
forman parte del bloque Occidental desde el preciso momento en que entraron a
formar parte de la Unión Europea, y de la OTAN inclusive. Y asimismo, tampoco
podemos denominar a dicha dualidad de bloques confrontados como Occidente-Oriente,
ya que el territorio europeo de Rusia es por extensión el más grande de Europa,
y porque la distinción entre occidentales y orientales se fundamenta
principalmente en la pertenencia o no a las culturas de cuna cristiana, categoría
en la que queda de facto integrada Rusia (históricamente considerada la
Tercera Roma tras la caída del Imperio Bizantino). Así pues, y tomando como
referencia divisoria a Rusia en la actual nueva polarización mundial, cabe
hablar más propiamente de un mundo fraccionado por el bloque Occidental y el bloque
Asiático. No sólo porque Rusia, en su doble naturaleza territorial, es el país
más grande de Asia, y sin obviar que su modelo capitalista de organización
social es más asiático que occidental desde que abraza un régimen autoritario
con el ascenso de Putin al poder. Sino porque en dicha polarización del nuevo
orden mundial juega también un papel muy destacado China, quien si bien como
primera potencia económica del mundo juega actualmente un (falso) papel de
neutralidad por intereses comerciales, no deja de ser un aliado estratégico
natural de Rusia con quien hace pinza frente a Occidente.
En segundo lugar, y derivado del
punto anterior, señalar que el mundo se encamina hacia una
sustitución de valores, normas, reglas de juego e instituciones derivadas en
materia de relaciones internacionales. Un proceso de cambio y transformación,
por otro lado, totalmente natural en toda transición que se precie entre dos
órdenes mundiales. Lo que significa, en otras palabras, que el Derecho
Internacional actual tal y como lo conocemos, creado por la propia evolución histórica
de los países naturales que conforman el bloque Occidental y que consolidaron a
nivel global tras la segunda Guerra Mundial con la creación de la ONU, va a
sufrir una profunda disrupción bajo la mirada revisionista de la cultura del
bloque Asiático. Es decir, Occidente pierde la hegemonía cultural sobre el
Derecho Internacional, el cual se va a ver sometido a un pulso constante con
los valores propios de la cosmología asiática, la cual tiene a su favor -a
medio y largo recorrido- unas economías de corte emergente donde China es
cabeza de locomotora, y todo ello en un horizonte de un mundo de recursos
limitados donde los Estados Sociales son cada día más costosos de sostener (Ver:
La III Guerra Mundial: la solución macabra de las potencias a la crisis económica global). Y ya sabemos que en materia de Derecho Internacional, quien paga, manda.
Y, en tercer lugar, y derivado de
los puntos anteriores, señalar que el mundo se encamina hacia el resurgimiento
de una Guerra Fría -actualizada, eso sí era digital mediante, respecto a la ya
vivida en el período registrado tras la segunda Guerra Mundial y la caída del
Pacto de Varsovia que puso fin al bloque del Este-, que nos va a llevar, sin
lugar a dudas, a un nuevo enfrentamiento político, económico, social,
ideológico, militar e informativo entre ambos bloques de poder. Lo cual, entre
muchas otras derivadas imaginables para la vida cotidiana de las personas de a
pie, acabará por desmantelar el actual concepto de Globalización para relegarlo
a un modelo de Bloquelización: un tipo de sistema partidista y singular de
Glocalización donde cada cual intentará crear su propio ecosistema de Mercado
estanco en relación al otro (De hecho, ya hace menos de tres años que la
americana Google no ofrece servicio a la china Huawei, para dolor de cabeza de
sus consumidores occidentales, y no se puede olvidar la actual expulsión de Rusia del sistema financiero occidental, entre otros muchos ejemplos). Un futurible que, como todo en la vida, esconde
una doble vara. Por un lado, este presumible escenario acelerará los avances
tecnológicos en una disputa de competitividad a contra reloj entre ambos
bloques dominantes, a imagen y semejanza de la carrera espacial disputada entre
EEUU y la exURSS (hoy Rusia) llevada a cabo en los años 50 y 70 del siglo
pasado. Mientras que, por otro lado, dicho escenario empobrecerá
inevitablemente aún más a las clases trabajadoras del primer mundo, ya de por
si deterioradas por un Mercado de libre competencia y unos Estados de Bienestar
Social que no remontan tras la Gran Crisis de 2008, pues los recursos productivos y de consumo básicos mundiales
se verán ineludiblemente limitados, sino vetados, por intereses estratégico
partidistas de los bloques, en una táctica de guerra tan antigua como el hombre fundamentada en el asedio de suministros (Ver: La Inflación: la gallina de los huevos de oro creada por la avaricia humana). Sabedores que a río revuelto, ganancia de pescadores.
Y en medio de esta transición
entre un viejo y un nuevo orden mundial, los pobres mortales que vivimos al son
que nos marcan enajenados, ávaros y otros animales de rapiña del bestiario humano, observamos impasibles como éstos son tiempos negros para el
humanismo. Aunque, como bien reza el refranero popular, no hay mal que cien
años dure. Por lo que ateniéndonos a la Ley del Péndulo, no cabe perder la
esperanza -racionalidad del hombre mediante- a que llegué el día en que las
distancias entre bloques disminuyan por simple principio oscilatorio y
volvamos, de una manera más o menos normalizada, a una reeditada relación
globalizada de la humanidad en este pequeño punto azul suspendido en el inmenso
océano oscuro que es el Universo. No obstante, no seamos impacientes, ya que el
proceso de distanciamiento entre los grandes bloques tectónicos del planeta
solo acaba de comenzar.