Hoy es el día internacional de la Filosofía, una ciencia mayor que, justamente por buscar la verdad última de hombre y del mundo que le rodea en su amor por la sabiduría, se encuentra menospreciada en una sociedad contemporánea excitada por sobresaturada en el estado de consciencia colectiva del Lorem Ipsum. Un par de palabras latinas populares que podemos reconocer como inicio de una larga frase que prosigue con el “(…) dolor sit amet, consectetur adipisicing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua (…)”, y que sirve como texto estándar que normalmente se usa para pruebas tipográficas, bocetos de diseño o de páginas web, previo a introducir un texto definitivo. Una frase que, para decepción de muchos, realmente no significa nada en concreto, pues su composición es el resultado de la unión de varios textos aleatorios creado por impresores hace 500 años y que ha pervivido hasta los actuales softwares de autoedición, y cuyo origen parece proceder de la obra clásica De finibus bonorum et malorum ("Sobre los fines del bien y del mal"), datada en el 45 a.C., del filósofo romano Cicerón. Es decir, el Lorum Ipsum, y su continuación, es una frase ilegible que no tiene más objetivo que rellenar vacíos de contenido. Es la expresión máxima de la vacuidad del relleno por su insignificancia en su más amplio concepto.
Pero si paramos atención a
nuestro alrededor, en un mundo occidental donde la Filosofía ha sido exiliada
al ostracismo del saber, el Lorum Ipsum no solo se limita a los editores
de textos, sino que podemos encontrarlo ampliamente desplegado y de manera
transversal, como una verdadera corriente sociológica, en múltiples facetas de
la actividad del hombre de la sociedad de Mercado. De hecho, la política
actual, como actividad que gestiona la res publica de nuestro modelo de
organización social, se fundamenta y articula sobre los principios del Lorum
Ipsum por su flagrante vacuidad e incoherente cuerpo argumental, exento de
contenido lógico alguno en materia de bien social, que solo sirve para rellenar
de cara a la galería el pequeño margen de espacio público cedido por el Mercado,
para beneficio exclusivamente propio de una clase social tan inoperante como insustancial
que únicamente persigue perpetuarse en su estatus. Mientras que el Mercado, a
su vez, en su talante de gobierno mundial real que no democrático, bajo el férreo
yugo de una cultura de consumo de ocio hedonista impuesta como medio de
subsistencia de su naturaleza, ha elevado a la categoría de religión social la futilidad
del Lorum Ipsum como estrategia zombificadora, y en consecuencia de
control de masas, del ciudadano-consumidor quien de manera adoctrinada vive rellenando
sus espacios vitales con contenidos tan triviales como volátiles. Y así es como
el absurdo movimiento existencial del Lorum Ipsum ocupa la vida
cotidiana del hombre moderno, que no sabe quién es, desconoce lo que hace, e
ignora a dónde va. (Ver: La mente humana rellena los agujeros del no-saber, aunque sea con mentiras, por salud existencial).
Dicho lo cual, no es baladí
afirmar que la esencia de la vigente corriente sociológica del Lorum Ipsum
resulta, a todas luces, inmoral; pues priva al ser humano de su derecho natural
de conocer stricto sensu y en términos epistemológicos, sabedores que
sin conocimiento no hay acceso a la inteligencia y mucho menos a la sabiduría. Y,
sin lugar a dudas, representa un acto social deliberado que atenta contra el
desarrollo de la capacidad cognitiva del ser humano a la luz de la Lógica respecto
a la esencia de la Realidad misma, tanto fenomenológica como trascendental,
para regocijo de terceras mentes manipuladoras de vidas propias y ajenas. Pues
el Lorum Ipsum es el arte de rellenar la existencia misma desde la
vacuidad, donde el contenido está carente de significado, y el continente
carente de sustanciabilidad, en el marco referencial de una dialéctica
delirante donde la variable reflexiva queda descartada para proliferación de personas
no-pensantes. Es por ello que no es de extrañar que, en una sociedad estructurada
e inculcada en el Lorum Ipsum, la Filosofía como sistema de razonamiento
reflexivo para alcanzar el Principio de Realidad representa un peligro a
eliminar. Pues allí donde hay vacuidad el filósofo encuentra la causa primera y
fin último de su naturaleza, y allí donde hay insustancialidad el filósofo
rellena con la substancia de la Razón lógica. Quizás, el pecado imperdonable
del filósofo a ojos de una sociedad enajenada no sea precisamente su capacidad
de percibir la verdad última de las cosas, sino especialmente su incontenida
sinceridad.
En un lugar del
mediterráneo, a 18 de noviembre de 2021
Día Mundial de la
Filosofía