Vivimos en una era
moderna cimentada sobre la Dignidad como eje vertebrador tanto de los
valores como de los derechos fundamentales de nuestra sociedad,
echando mano de la misma habitualmente de manera abstracta cuando
éstos valores y derechos entran en conflicto con la idea inestimable
de la vida digna del ser humano a título tanto individual como
colectivo. Pero, aún estando en boca de todos aunque sea por pura
intuición, ¿sabemos qué es la Dignidad?.
Si bien la Dignidad como
concepto ha sido y es materia de amplia discusión, experimentando
diversos contenidos significativos así como rasgos característicos
varios a lo largo de la historia de la humanidad, dependiendo en cada
momento de los valores contextuales imperantes de cada tiempo, deseo
en la presente breve reflexión exponer qué considero que debe
entenderse como Dignidad. Consciente, como filósofo efímero, que mi
pensamiento es susceptible de ser rebatido argumentalmente e
impugnado filosoficamente. Por lo que aquí expongo no tiene rango
de cátedra, solo faltaría.
Dicho lo cual, y sin más
preámbulos, considero que la Dignidad, más que un sentimiento o un
estado emocional es, por mediación inherente de la capacidad
racional del hombre, un estado de consciencia de respeto hacia uno
mismo y hacia los demás, cuyo ámbito de respeto se despliega desde
el derecho natural y abarca todos aquellos aspectos de la vida humana
tanto tangibles como intangibles que permiten a una persona
desarrollarse con plenas garantías óptimas como ser humano que vive
en sociedad. Como podemos observar, ésta premisa se articula sobre
cuatro ideas básicas: estado de consciencia, respeto natural, ámbito
existencial tangible e intangible, y garantía del desarrollo óptimo
de la vida del hombre, que requieren de una obligada justificación a
modo de proposiciones:
1.-Estado de
Consciencia
La Dignidad es un estado
de conciencia en tanto participa la Razón como elemento fundamental,
es decir que requiere de la capacidad neurocognitiva superior del
hombre que le permite establecer juicios de valor previa acción
reflexiva, proceso para el que se exige tanto de la formación de la
inteligencia como de la formación de la voluntad, ambas facultades
específicas del espíritu humano, sobre el autoconocimiento de sí
mismo como del mundo al que pertenece.
2.-Respeto Natural
La Dignidad se fundamenta
en el respeto natural, por basarse en el reconocimiento de la persona
de ser merecedora de respeto como valor apriorístico, innato e
inviolable de todo ser humano. De lo que se extrae a su vez la doble
Paradoja de la Dignidad:
I.-La Dignidad de la
persona existe aun no dependiendo del reconocimiento, pues todo ser
humano es digno por Ser.
II.-La Dignidad de la
persona existe aun no dependiendo del estado de conciencia, pues todo
ser humano aún sin consciencia por ausencia o alteración de la
misma, como puedan ser bebés, niños, discapacitados psíquicos,
dementes, comatosos, u otras posibles patologías psicoemocionales,
son dignos por ser asimismo seres humanos.
3.-Ámbito Existencial
Tangible e Intangible
La Dignidad se extiende
tanto sobre el ámbito existencial tangible como intangible del ser
humano, que es lo mismo que decir sobre el conjunto de experiencias
humanas, tanto en ideas como en formas, que permiten a una persona
desarrollarse como ser humano. Donde el ámbito existencial tangible
abarca todos aquellos medios y recursos necesarios para la vida
humana, como puedan ser la vivienda, los alimentos, el trabajo, los
recursos energéticos, la educación, la sanidad o la justicia, entre
otros. Así como el ámbito existencial intangible abarca el conjunto
de valores morales universales sobre los que se fundamentan y
despliegan, bajo la lógica humanista, los medios y recursos propios
del ámbito tangible anteriormente mencionados.
4.-Garantía del
Desarrollo Óptimo de la Vida del Hombre
Y por último, la
Dignidad como acción y efecto solo existe en tanto y cuanto es
garantía del desarrollo óptimo de la vida del hombre. Un axioma que
tiene una doble dimensión personal y social. Ya que a nivel
personal, la Dignidad Es no solo por derecho natural innato del ser
humano, sino que en la praxis de dicho atributo inherente el
individuo vive su existencia desde un estado de bienestar personal en
términos de calidad psicoemocional y física o material, que le
permite autopercibir una vida subjetiva de autorealización. Mientras
que a nivel social, la Dignidad Es por tanto el sistema político de
organización establecido en una sociedad garantiza el bienestar
personal objetivo de sus conciudadanos a título individual como
seres sociales.
Una naturaleza
tetradimensional de la Dignidad que, como hemos podido observar,
conforma un corpus indivisible para la noción intelectual del
hombre moderno, y que sin la concurrencia simultánea de todos sus
elementos no puede establecerse la Dignidad ni como idea ni como
forma. La suma de las características de la cual nos permite
concluir, a la luz de la Lógica, que la Dignidad es un valor
universal del hombre, concebible como piedra angular del resto de
valores universales, y como tal debe observarse y ser tratado. Fiat
lux!