Amigo o amiga, imagina por un
instante que eres un Hércules moderno, el cual debe realizar una penitencia de
obligado cumplimiento impuesta por la más alta autoridad de tu sociedad para
poder resarcirte de un grave daño causado en antaño, y con éste objetivo
–beneplácito del Oráculo de Delfos mediante- se te encomienda que realices el
total de Los Doce Trabajos de Hércules. Por lo que, tras haber acometido con
éxito los cuatro primeros, debes ahora enfrentarte al quinto trabajo que es
limpiar los establos de Augías en un solo día. No cabe decirte, sea dicho de
paso, que por mucho que viajes hasta la Élide en la actual región griega
occidental de Pirgos, no hallarás los míticos establos del rey de Élide al que
llamaban Augías, los cuales eran famosos tanto por poseer el mayor rebaño de
todo el país como por su enorme cantidad de excrementos acumulados al no haber
sido limpiados nunca. Por lo que únicamente te queda afrontar el trabajo
metafóricamente; es decir, finalizar con aquello que los establos de Augías representan,
que no es otra cosa que hacer lo Imposible. Dicho lo cual, la pregunta
pertinente es: ¿cómo hacer lo Imposible?.
Como sabemos, lo Imposible es
aquello que no puede Ser, no puede Existir, y no puede Suceder. Es decir, concebimos
lo Imposible como la ausencia del espacio de lo Posible que puede Ser, puede
Existir y puede Suceder. O dicho en otras palabras, lo Imposible es la negación
radical de lo Posible en un universo cuyo sistema de referencias se constituye
a partir de valores absolutos. Aunque, ciertamente, el hombre desconoce la
insondable naturaleza del Universo, por lo que cree saber aun sin un
conocimiento absoluto del mismo, de lo que se deduce que dicho conocimiento
participa de manera singular e inherente del sistema de creencias del ser
humano bajo la limitación de su propia lógica. Es por ello que si nos abrimos a
la posibilidad de que el Universo no se constituya a partir de valores
absolutos sino relativos, lo que en él suceda depende tanto del sistema
multidimensional referente como del espacio-tiempo relativo del quien observa
dicho suceso, y es entonces y solo entonces que podremos percibir el Ser, el
Existir y el Suceder como polarizaciones ambivalentes por relativas de lo
Imposible y lo Posible. Un axioma de partida sobre el que desarrollaremos la
materia objeto de reflexión:
1.-Lo Imposible
del Ser
Aristóteles ya apuntó en su
Metafísica que nada puede existir y no existir a la vez. Una premisa que si
bien ha sido reafirmada por la física clásica, actualmente se ve desautoriza por
la física cuántica con el famoso experimento teórico del Gato de Schrödinger que
recientemente ha sido demostrado por la ciencia moderna mediante el principio
de superposición, en el que se pone en evidencia empírica que una partícula compleja
puede estar en varios sitios a la vez y al mismo tiempo. Postulado que rebate
la idea preconcebida de que al Ser, por ser un punto espacio-temporal
determinado por cuatro coordenadas (las tres propias del espacio y una cuarta
del tiempo), se le presupone la diáfana identificación de su posición en un tiempo
y lugar exacto y concreto dentro de la realidad, por lo que el refutamiento a
dicho dogma clásico por el nuevo conocimiento adquirido a la luz de la ciencia invalida
la percepción categórica de lo Imposible del Ser. Es decir, allí donde el Ser
se manifiesta mediante lo Imposible, puede tener naturaleza de Posible en una
realidad paralela por diferente espacio-temporal, y a la inversa, pues bajo la
lógica de la física cuántica el Ser no está sujeto a determinación por sus
cuatro coordenadas perceptibles para el hombre en una sola realidad
cognoscible. De lo que se deduce que un Hércules moderno, frente al reto de
hacer lo Imposible, puede acometer con éxito la empresa encomendada en tanto no
participe del sistema espacio-temporal referente del Ser objeto que requiere
una acción transmutadora de lo Imposible a lo Posible. Ya que en caso contrario
nos hallaríamos frente a una empresa
infructífera por incurrir contra los principios de identidad y de no
contradicción tanto aristotélicos, en términos de filosofía de la Lógica, como
newtonianos, en términos de física clásica.
2.-Lo Imposible
del Existir
Pero, más allá de lo Imposible
como aquello que no puede Ser, entendiendo éste como entidad con esencia propia
y naturaleza objetiva, es decir propio de la manifestación de la realidad por
antonomasia, también nos encontramos con lo Imposible de aquello que no puede
Existir en su calidad de Idea y de Pensamiento. Veámoslo:
I.-Lo imposible como Idea:
Si concebimos la Idea como
aquella realidad intangible a la que podemos atribuir diversos significados, y
que asimismo refleja la esencia de una existencia independiente de la realidad
sensible, en términos platónicos, y que aún más podemos alcanzarla mediante no
solo la intuición intelectual sino a través del imaginario propio del
pensamiento creativo, entenderemos que circunscribir la Idea al mundo de lo
Imposible es una paradoja, pues no existe Idea imposible. Y más en un mundo
humano cuya evolución se fundamenta en transformar en Posible aquellas ideas
consideradas en un principio como imposibles. Pero además, si entendemos que la
Idea representa un tipo de destello de la esencia de la realidad tan inmutable
y eterna como insondable, en términos cosmológicos, y dicha realidad propia del
Universo es relativa en su naturaleza inherentemente ambivalente respecto a los
opuestos que basculan entre lo Imposible y lo Posible, concebiremos asimismo
que toda Idea considerada como Imposible es relativa por dependencia a su
sistema de referencias particular, y dentro de éste a su sistema de creencias
concreto. Por lo que todo Hércules moderno, frente al reto de hacer lo
Imposible como Idea no debe encontrar dificultad alguna, pues dicho trabajo
deja de ser un reto desde el preciso instante en que, manifestación de la
realidad adecuada mediante, ninguna Idea es Imposible.
II.-Lo imposible como Pensamiento:
Asimismo sucede con lo
Imposible como Pensamiento, el cual deriva de la Idea, pues todo pensamiento
como estructura neurolingüística que es parte de una Idea como concepto
simbólico reflejo ya sea de una realidad tangible como intangible, observable o
imaginada. Y como toda Idea considerada como Imposible es relativa por
dependencia a su sistema de referencias particular, como ya hemos expuesto,
asimismo todo Pensamiento considerado como Imposible también es relativo.
Aunque si bien tanto Idea como Pensamiento participan de manera concreta de un
sistema de creencias, el Pensamiento de manera más específica forma parte de un
sistema referencial de valores morales, por ser el Pensamiento por
idiosincrasia de naturaleza cultural. Por lo que todo Hércules moderno, frente
al reto de hacer lo Imposible como Pensamiento no debe encontrar mayor
dificultad que la de reestructurar su escala de valores culturales, dejando de presentarse
dicho trabajo como un reto desde el momento preciso en el que, transgrediendo el
propio esquema de pensamientos, ningún Pensamiento es Imposible.
3.-Lo Imposible
del Suceder
Y en última instancia, tras
haber acometido lo Imposible del Ser y lo Imposible del Existir, tan sólo nos
queda por afrontar en el mundo formal del ser humano lo Imposible de Suceder,
que asimismo podemos entenderlo como lo Imposible como Hecho en términos de
acción manifestada. Un aspecto que, desde un enfoque ontológico, ya desarrollé
con anterioridad en la reflexión sobre la Impotencia (Ver: La Impotencia, en su falta de fuerza necesaria para el cambio, reorganiza constantemente nuestro universo personal). Pero volviendo al terreno metafísico stricto sensu, si entendemos que el Suceder, o más popularmente
hablando el Hecho, es una acción manifestada que se enmarca dentro del campo de
las probabilidades de la suma de historias feynmanianas, y que asimismo dicho
suceso no es más que un punto del espacio junto con su coordenada del tiempo
correspondiente, ello nos conduce a deducir que un suceso es un punto
espacio-temporal que para tener relevancia en la dimensión física humana debe:
I.-Por un lado, transitar
todas sus opciones posibles de forma simultánea para que la suma de dicho
conjunto confluya en un mismo punto.
II.-Y, por otro lado, en éste
punto convergente de la suma de historias debe persistir una continuidad
temporal, ya que en caso contrario dicho suceso como punto espacio-temporal
dejaría de existir tal que parpadeo existencial en una realidad que fluye temporalmente,
y que por tanto deja de Ser y Existir a cada nuevo ahora bajo el Principio de
Impermanencia, donde nada es nunca siempre igual.
Dicho lo cual, para que un
Hércules moderno pueda hacer lo Imposible del Suceder, no solo debe alterar las
probabilidades de la suma de historias de un hecho en un horizonte de sucesos
posible, sino asimismo ejecutar la acción manifestada desde un sistema temporal
alternativo cuyas coordenadas espacio-temporales se rijan por lo Posible dentro
de la multidimensión de referencia. Es decir, frente al trabajo de hacer lo
Imposible del Suceder, el Hércules moderno solo tendría opción de éxito desde
la acción de una dimensión paralela a la humana, que es lo mismo que hacer
referencia, conocimiento actual mediante, a actuar sobre la realidad física
desde la realidad cuántica, la cual no solo cuenta con la inestimable
coordenada del tiempo imaginario que existe en una dirección diferente al
tiempo experimentable a escala humana, sino cuya frontera con la dimensión
física además es cada vez más difusa.
Pudiendo el Hércules moderno,
por tanto y como hemos visto, hacer frente a lo Imposible desde el Ser, desde
el Existir y desde el Suceder, podemos augurar su éxito en la tarea encomendada
de limpiar los establos de Augías en un solo día, concluyendo así con su quinto
trabajo mítico para asombro de escépticos y frustración de maliciosos. No
olvidemos que, como se hace eco la mitología, un héroe no deja de ser un
semidiós con capacidad de deambular entre varios mundos (dimensionales).