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Hércules y la Cierva de Cerinea. Schmidt, s.XIX. Museo Neuse, Berlín |
Amigo
o amiga, imagina por un instante que eres un Hércules moderno, el
cual debe realizar una penitencia de obligado cumplimiento impuesta
por la más alta autoridad de tu sociedad para poder resarcirte de un
grave daño causado en antaño, y con éste objetivo -beneplácito
del Oráculo de Delfos mediante- se te encomienda que realices el
total de Los Doce Trabajos de Hércules. Por lo que, tras haber
acometido con éxito los dos primeros, debes ahora enfrentarte al
tercer trabajo que es capturar a la Cierva de Cerinea. No cabe
decirte, sea dicho de paso, que por mucho que viajes a la actual
tierra de los Hiperbóreos, lo que hoy se conoce como Tracia -una
región del suroeste de Europa donde se enclava la península de los
Balcanes, y que resulta ser una vasta extensión que abarca partes
tanto de Bulgaria, como de Grecia y de la Turquía europea-, no
hallarás la mítica Cierva, la cual era famosa por su cornamenta de
oro, sus pezuñas de bronce y sobre todo por su gran velocidad. Por
lo que únicamente te queda afrontar el trabajo metafóricamente; es
decir, finalizar con aquello que la Cierva de Cerinea representa, que
no es otra cosa que la Rebeldía. Dicho lo cual, la pregunta
pertinente es: ¿cómo capturar la Rebeldía?.
Como es bien conocido por
todos, se entiende por Rebeldía aquel comportamiento conductual que
se opone, por no aceptación, frente a una circunstancia, situación
o hecho ya sea desde el mundo de las ideas o desde el mundo de las
formas. No obstante, la Rebeldía es una entidad de naturaleza
polifacética dependiendo del foco objeto de la misma, por lo que en
cada caso en particular de su múltiple manifestación cabrá aplicar
una u otra estrategia diferente para llevar a buen término nuestra
caza. Afrontemos la empresa, pues, catalogando los tipos de Rebeldía,
analizando sus componentes estructurales y, de ésta manera, acabar
estableciendo los criterios oportunos para su captura singular.
Veámoslo:
1.-Rebeldía
Metafísica
Conceptualización:
Entenderemos como Rebeldía Metafísica aquella acción de oposición
contra lo que uno Es.
Fundamentos: La
Rebeldía Metafísica cabe concebirla como un comportamiento reactivo
frente a la no aceptación de uno mismo, que puede fundamentarse
sobre los supuestos tanto de un estado de consciencia como de un
estado de inconsciencia del Yo Soy en términos de mismidad. Y que
asimismo puede venir condicionado por determinismos biológicos,
psicológicos y/o ambientales de manera individualizada o en su
conjunto.
Manifestación: El
rasgo conductual característico de la Rebeldía Metafísica es el
Inconformismo como actitud de quien no se conforma fácilmente con
una circunstancia determinada, y especialmente cuando ésta es
impuesta y por ende percibida subjetivamente como injusta, con
independencia que dichos factores causantes sean endógenos o
exógenos a su propia naturaleza.
Experiencia: En
éste sentido, es presumible entender que el rebelde metafísico debe
experimentar una vida propia tan insatisfecha como emocionalmente
triste y/o rabiosa (derivado de la frustración de dicha tristeza)
por ser él mismo el objeto de no aceptación.
Resolución
Herculiana: Así pues, frente al trabajo que nos ocupa de cómo
capturar la Rebeldía, en éste caso de naturaleza Metafísica, tanto
en un supuesto de consciencia como de inconsciencia sobre el Yo Soy o
mismidad por parte del sujeto, y con independencia de la trilogía
determinante biológica-psicológica-ambiental del mismo, solo cabe:
I.-En primera instancia,
revalorizar los valores singulares por inherentes a la persona que
dignifican y dan sentido a su sentido existencial, mediante una
acción pedagógica y de gestión emocional positiva decidida que
aporte autoconciencia de los mismos a la persona. Medida que busca
reforzar la autoestima personal y, por extensión, la aceptación
sobre su propia mismidad. (Ver los conceptos de Aceptación,
Autoestima y Dignidad en el Vademécum del Ser Humano).
II.-En segunda instancia,
y en la medida de lo posible, ayudar a corregir aquellos
condicionantes biológicos, en términos de fisiología, y
ambientales, en términos culturales, que permitan reducir el nivel
de auto oposición frente a la vida propia de la persona, por mejora
de sus condiciones particulares.
Expuesto lo cual, podemos
concluir que, esfuerzo mediante, el Hércules moderno puede acabar
capturando la Rebeldía Metafísica, propia y ajena, cumpliendo así
con su tercer trabajo herculiano encomendado.
2.-Rebeldía Ética
Conceptualización:
Entenderemos como Rebeldía Ética aquella acción de oposición
contra lo que uno Debe de Ser.
Fundamentos: La
Rebeldía Ética cabe concebirla como un comportamiento reactivo de
un sujeto frente a la no aceptación de los cánones sociales, los
cuales buscan estandarizar a los individuos que forman parte de una
misma sociedad bajo unas reglas y normas predeterminadas. Y como
éstas se fundamentan en valores morales por consenso cultural
colectivo, el tipo de rebeldía personal que nos ocupa es asimismo de
naturaleza profundamente moral, evidenciando una clara desalineación
entre los sistemas de referencias morales de la persona con su
entorno por discrepancias éticas. Asimismo, cabe apuntar que no
existe moral alguna sin juicios de valor, y éstos sin una
consciencia racional por reflexiva desarrollada a la luz de la
capacidad del pensamiento crítico. Lo cual no es eximente en la
Rebeldía Ética de la coexistencia tanto de una moral positiva,
inspirada en los valores universales, como de una moral negativa,
inspirada en antivalores universales por individuales y egoístas,
dependiendo del nivel y tipo de consciencia desarrollada por parte de
la persona en particular a partir de su libre albedrío y libertad de
pensamiento.
Manifestación:
El rasgo conductual característico de la Rebeldía Ética, tanto si
se fundamenta en una moral positiva propio de un idealista o de una
moral negativa propio de un antisistema, es la Insumisión como
actitud de quien rechaza cumplir, por acción u omisión, con el
requisito conductual que el entorno le exige o le presupone como
miembro de una comunidad social.
Experiencia: En
éste sentido, es presumible entender que el rebelde ético debe
experimentar, desde una probable posición de autoestima y por ende
de autoconocimiento personal, un sentimiento de reafirmación de su
propia identidad en el acto conductual de oposición con su realidad
más inmediata.
Resolución
Herculiana: Así pues, frente al trabajo que nos ocupa de cómo
capturar la Rebeldía, en éste caso de naturaleza Ética, solo
existen dos líneas de trabajo posible:
I.-La opción menos
inteligente por ineficiente es mediante prácticas impositivas como
uso de la fuerza institucionalizada, lo que generaría una fuerza
reactiva de igual magnitud y en dirección opuesta tal y como reza la
tercera ley de Newton. Es decir, retroalimentaríamos la continuidad
de la resistencia por parte de la Rebeldía Ética, y ya sabemos que
todo aquello que resiste persiste, aunque tarde más o menos tiempo
en manifestarse.
II.-La opción más
inteligente por eficiente, por otro lado, es mediante la integración
de la moral divergente en un entorno de gestión óptimo de la
diversidad ética como valor de desarrollo social. Y sobre la base,
educación en valores universales mediante, de una ética normativa
que permita la concordia social en un entorno consustancialmente
diverso, en el que la Rebeldía Ética tenga cabida como medio de
libertad de expresión individual dentro de un marco de respeto común
a la dignidad de la vida ajena. (Ver: Conoce la fórmula de la Gestión de la Diferencia)
Expuesto lo cual, podemos
concluir que, pedagogía integrativa mediante, el Hércules moderno
puede acabar capturando la Rebeldía Ética cumpliendo así con su
tercer trabajo herculiano encomendado.
3.-Rebeldía Refleja
Conceptualización:
Entenderemos como Rebeldía Refleja aquella acción de oposición
contra lo que Otros Ven en Uno.
Fundamentos: La
Rebeldía Refleja cabe concebirla como un comportamiento reactivo
frente a la no aceptación de la imagen que los demás tienen sobre
uno mismo. Un estereotipo de personalidad creado sobre el Yo por el
no-Yo de los otros mediante un proceso cognoscible de éstos en el
que primeramente perciben sensitivamente, para seguidamente catalogar
intelectualmente dentro de alguno de los diferentes clichés
conductuales humanos registrados en el imaginario social. Y cuyo
estereotipo de personalidad puede venir derivado tanto de la
información verbal como no verbal que proyecta la persona objeto de
dicho tópico (que pertenece al universo de las tipologías tan
encajonadas como predefinidas), como de la idea que se presupone
sobre dicha persona ya sea por falta de información suficiente o por
exceso de información no verídica y por tanto carente de
conocimiento válido sobre la misma. No obstante, con independencia
de la casuística de cada caso en particular, profundamente
condicionada por el contexto circunstancial de la persona objeto de
un juicio de valor de personalidad concreto por parte de terceros (Yo
soy Yo y mis circunstancias, como decía Ortega y Gasset), lo cierto
es que la Rebeldía Refleja es una clara manifestación de la
disonancia entre el concepto de autoconocimiento que tiene una
persona sobre sí misma frente al concepto de conocimiento que otros
tienen sobre ésta. Y allí donde existe conocimiento hay consciencia,
por lo que la rebeldía refleja se reduce a un enfrentamiento entre
consciencias opuestas sobre una misma realidad: la persona objeto de
enjuiciamiento.
Manifestación:
El rasgo conductual característico de la Rebeldía Refleja es la
Resistencia como actitud de quien se resiste, o tiene la capacidad de
generar contraposición, desde una postura de firmeza personal frente
a opiniones y creencias de terceros no acordes con la naturaleza de
su propia mismidad.
Experiencia: En
éste sentido, es presumible entender que el rebelde reflejo debe
experimentar una sensación de incomprensión personal por parte de
su entorno más inmediato, que puede abocarle tanto a un estado de
suficiencia individual sobre la reafirmación de su propia identidad
y por ende en un refuerzo de su autoestima personal, como puede
abocarle a un estado de insuficiencia individual sobre la negación o
desconcierto respecto a su propia identidad y por ende a una
menosvaloración de su autoestima personal. Dos escenarios posibles
en clara dependencia del nivel de salubridad emocional y de
autoconocimiento individual de la persona, que pueden hacer de ésta
un ser humano empoderado o un ser humano dependiente y frágil
psicoemocionalmente.
Resolución
Herculiana: Así pues, frente al trabajo que nos ocupa de cómo
capturar la Rebeldía, en éste caso de naturaleza Refleja, cabe
tratar de manera independiente los casos según el supuesto tipo de
rebelde reflejo conforme a su respuesta manifiesta frente a dicha
experiencia:
I.-Respecto al rebelde
reflejo empoderado, caracterizado por un nivel de autoconocimiento y
autoestima personal elevado, cabe procurarle herramientas de gestión
óptimas para su ámbito exterior, es decir a nivel de su capacidad
de relación interpersonal, con el objetivo que sepa comunicar
inteligentemente aquello que desea que los demás perciban sobre su
verdadera personalidad, sobre el conocimiento que aún en silencio
comunicamos al exterior una imagen particular de nosotros mismos, si
es que así lo desea. En caso contrario, que por voluntad propia no
desee realizar tal esfuerzo por un cierto posicionamiento de desidia
o de indiferencia hacia la opinión creada sobre sí mismo por parte
de terceros, cabe procurarle herramientas de gestión óptimas para
su ámbito interno, es decir a nivel de su capacidad de relación
intrapersonal, con el objetivo de continuar reforzando su autoestima
como medio de autonomía vital personal en base a la valoración de
su singularidad. Y a partir de aquí, tanto en uno como en otro caso,
solo cabe gestionar al rebelde reflejo mediante las técnicas de
gestión estratégicas propias de la Rebeldía Ética fundamentadas
en la integración de la diversidad.
II.-Respecto al rebelde
reflejo dependiente y frágil, caracterizado por un nivel de
autoconocimiento y autoestima personal bajo, cabe procurarle tanto
herramientas de gestión óptimas para su ámbito exterior, es decir
a nivel de su capacidad de relación interpersonal, como herramientas
de gestión óptimas para su ámbito interior, es decir a nivel de su
capacidad de relación intrapersonal, con el objetivo de que adquiera
un estado de personalidad propio inicial de un rebelde reflejo
empoderado. Y desde éste escenario, y en consecuencia, tratarlo
acorde a dicho perfil conductual.
Expuesto lo cual, podemos
concluir que, pedagogía emocional e integrativa mediante, el
Hércules moderno puede acabar capturando la Rebeldía Refleja
cumpliendo así con su tercer trabajo herculiano encomendado.
4.-Rebeldía Utópica
Conceptualización:
Entenderemos como Rebeldía Utópica aquella acción de oposición
contra lo que los Otros Son.
Fundamentos: La
Rebeldía Utópica cabe concebirla como un comportamiento reactivo
frente a la no aceptación de lo que los Otros Son, derivado de un
imaginario personal ideal de un individuo, grupo o sociedad perfecta,
que por ser utópico contradice el Principio de Realidad imperante.
Dicha Rebeldía Utópica se fundamenta sobre elementos personales de
naturaleza moral, por ser valorativa desde posicionamientos de no
aceptación; de naturaleza racional, por concurrir el pensamiento
crítico derivado de aquella; y de naturaleza emocional, por
conllevar de manera inherente un sentimiento de esperanza aunque sea
irreal. Aspectos todos ellos que, por ser utópicos, distan mucho de
poder ser alcanzables en términos de cambio y transformación sobre
la realidad que se proyectan. Por lo que la Rebeldía Utópica debe
considerarse como contraria al Principio de Identidad de las cosas
tal y como son. Un perfil de Rebeldía que, sea dicho de paso, es
poco común en una sociedad cuyos individuos tienden hacia la topía
personal. (Ver: La tendencia es la Topía personal, y no la utopía social).
Manifestación:
El rasgo conductual característico de la Rebeldía Utópica es la
Desobediencia como actitud de quien no acata una realidad que se
tiene obligación de aceptar, ya sea moral o normativa, y por tanto
manifestada desde una postura de firme desacato o resistencia a lo
que en verdad Es.
Experiencia: En
éste sentido, es presumible entender que el rebelde utópico debe
experimentar un sentimiento de frustración constante frente a una
realidad que no acepta, lo cual puede desembocar en estados
emocionales tanto de depresión (derivado de la persistencia del
sentimiento de tristeza de lo que se quiere que sea pero no es), como
de rabia (como reacción natural derivada de la propia frustración
incontenida).
Resolución
Herculiana: Así pues, frente al trabajo que nos ocupa de cómo
capturar la Rebeldía, en éste caso de naturaleza Utópica, solo
cabe trabajar en la persona la aceptación de la realidad desde un
enfoque racional a partir de los principios de la Lógica
aristotélica (identidad, no contradicción y tercero excluido), y
desde un enfoque emocional positivo a partir de la cultura del cambio
que tiene su alfa y omega en la aceptación del momento presente como
único tiempo posible para construir un futuro alternativo. (Ver los
conceptos de Aceptación, Autoridad Interna, Pensamiento Positivo y
Gestión del Cambio en el Vademécum del Ser Humano). Y a partir de
aquí ya se puede gestionar al rebelde utópico mediante la
metodología estratégica propia de la Rebeldía Ética fundamentada
en la integración de la diversidad.
Expuesto lo cual, podemos
concluir que, pedagogía racional, emocional e integrativa mediante,
el Hércules moderno puede acabar capturando la Rebeldía Utópica
cumpliendo así con su tercer trabajo herculiano encomendado.
5.-Rebeldía Mítica
Conceptualización:
Entenderemos como Rebeldía Mítica aquella acción de oposición
contra lo que los Otros Pretenden Ser.
Fundamentos: La
Rebeldía Mítica cabe concebirla como un comportamiento reactivo
frente a la no aceptación de la búsqueda de la autorealización
individual o colectiva mediante la persecución de mitos sociales
(siempre inducidos por terceros), la percepción de los cuales no
solo alteran las verdaderas cualidades del objeto mitificado, sino
que incluso lo revalorizan por encima del lindar de la Razón
proyectándolo ilusoriamente fuera de la realidad. Siendo el
fundamento de los mitos, contra los que se opone el rebelde mítico,
la reconciliación artificiosa por fantástica de aquellos contrarios
irreconciliables que buscan dar respuesta a una cuestión existencial
del ser humano, ya sea ésta de naturaleza mundana o trascendental. Y
que en última instancia, dicha afiliación del sistema de creencias
de una persona al mito, más allá de ser un método de evasión de
la realidad, representa una herramienta eficaz para el control de
masas. Por lo que, en contraposición, la Rebeldía Mítica se
manifiesta en tanto integra una consciencia del Principio de Realidad
a la luz de la Razón, como delata un estado salubre de autoestima
que permite a la persona no ceder su autoridad individual, y aun más
su libre pensamiento, frente a los posibles dogmas de fe más o menos
sociabilizados que caracterizan a cualquier mito aceptado
colectivamente.
Manifestación:
El rasgo conductual característico de la Rebeldía Mítica es el
Desafío como actitud de quien se enfrenta a un sistema de creencias
individual o social, contrariando los valores e ideas del mismo en
una clara y firme postura de no aceptación.
Experiencia: En
éste sentido, es presumible entender que el rebelde mítico debe
experimentar un estado intelectual de incomprensión inversamente
proporcional al grado de implantación social del mito, así como un
estado emocional de soledad inversamente proporcional al nivel de
fortaleza de su autoestima personal. Si bien ésta última es una
experiencia de menor relevancia por relativa y coyuntural, ya que al
rebelde mítico se le presupone un perfil psicológico con un alto
nivel de autoestima individual.
Resolución
Herculiana: Así pues, frente al trabajo que nos ocupa de cómo
capturar la Rebeldía, en éste caso de naturaleza Mítica, solo
cabe, con independencia del grado de sociabilización del mito,
tratar el caso mediante las técnicas de gestión estratégicas
propias de la Rebeldía Ética fundamentadas en la integración de la
diversidad, y la metodología propia de la Rebeldía Utópica
fundamentada en la aceptación del Principio de Realidad.
Expuesto lo cual, podemos
concluir que, pedagogía de aceptación e integrativa mediante, el
Hércules moderno puede acabar capturando la Rebeldía Mítica
cumpliendo así con su tercer trabajo herculiano encomendado.
Llegados a éste punto,
en el que hemos visto las dispares técnicas de caza para los
diversos tipos de Rebeldía en los que se puede presentar nuestra
Cierva de Cerinea, no cabe nada más que añadir que: con Cierva
cazada, fábula finalizada.
Nota: Para artículos de reflexión sobre filosofía contemporánea del autor se puede acceder online a la recopilación del glosario de términos del Vademécum del ser humano