sábado, 11 de abril de 2020

El efecto de la Sociedad Burbuja


Si algo se está revelando, en esta excepcional experiencia de confinamiento domiciliario general producido por la pandemia del coronavirus que nos toca vivir, para la mentalidad tanto consciente como inconsciente colectiva, es justamente la sensación para unos y la intuición para otros de vivir dentro de una burbuja. A imagen y semejanza del síndrome de los niños burbuja que viven aislados del mundo exterior como medida de protección frente a una inmunodeficiencia combinada severa de su organismo. (Ver: Confinamiento o el síndrome del león enjaulado). Pero más allá de ésta percepción emocional de vivir bajo el efecto burbuja, el hombre también puede vislumbrar -gracias al largo periodo actual de introspección obligada- una percepción de carácter más intelectual respecto a dicho efecto burbuja como sociedad. Y es justamente sobre éste efecto de la Sociedad Burbuja que deseo centrar la presente reflexión.

No obstante, y como punto de partida para un desarrollo minimamente coherente de la Sociedad Burbuja como materia objeto de análisis, considero que ésta debe ser abordada desde dos ángulos perspectivos diferentes: desde un ángulo externo, como sistema estructural social y, desde un ángulo interno, como realidad vivida por el hombre como individuo que forma parte de dicho sistema estructural social. A partir de este planteamiento, despleguemos la exposición:

I.-Visión externa de la Sociedad Burbuja.

Concibamos, para éste enfoque teórico, tres premisas iniciales de marcado carácter especulativo. La primera, que una burbuja social es un cuerpo homogéneo, en el sentido que está formado por elementos que aun en su diversidad tienen características comunes. La segunda, que la sociedad se nos presenta como una cadena de burbujas sociales, las cuales unas están dentro de las otras por orden de tamaño, con independencia de si dicha secuencia es propia de una dinámica de círculos concéntricos o excéntricos (entiéndase como que participan o no del mismo centro gravitacional). Y la tercera, que dicha secuencia encadenada de burbujas se comporta de manera fractal, es decir, que su estructura básica se repite a diferentes escalas. Por lo que el cómputo de dichas premisas nos concluye, entre otros aspectos, que la Sociedad Burbuja es el sistema referencial sobre el que se construye la estructura social y, por tanto, representa un fenómeno sociológico que trasciende a la actual singularidad del confinamiento temporal que afecta prácticamente a todo el orden mundial.

En esta línea argumental podemos observar cómo la burbuja social nuclear por excelencia que constituye una familia humana se encuentra dentro de una burbuja mayor que es una población, que a su vez participa de una burbuja superior definida como cultura, la cual participa de la burbuja del mercado laboral, que a su vez se encuentra en el interior de la burbuja política de un país, que asimismo y en un mundo global se sitúa dentro de la burbuja de la Economía, y ésta dentro a su vez de la burbuja Ambiental propia de la naturaleza del planeta. Una concurrencia de burbujas cuyo orden y serie fractal podemos cambiar a antojo, según el prisma del que partamos en el análisis secuencial de una compleja Sociedad Burbuja como es la humana. De lo que se deduce:

1.-En primera instancia, que ningún elemento que participa de una burbuja tiene control sobre la misma, ya que coexiste en una relación de estrecha dependencia con respecto al resto de burbujas.

Y, 2.-En segunda instancia, y derivado de la propias características innatas de la burbuja como entidad natural propia, que toda burbuja social corre el peligro de estallar ante una sobresaturación o redimensionamiento incontrolado, anormal y prolongado de los elementos que la componen. Generando de esta manera una caída o estallido en cadena de las burbujas sociales consiguientes. Como ya conocemos por el pasado reciente protagonizado por el efecto del crack de la burbuja económica, ya de por si en un precario estado sostenido de crisis sistémica que perdura hasta el día de hoy y que por tanto se encuentra en fase de evolución previsible hacia un nuevo estallido a futuro, el cual hizo temblar los resortes de la sociedad humana en su conjunto. Y que, asimismo, actualmente presenciamos con el crack de la burbuja ambiental o sanitaria causada por la crisis global de coronavirus, estallido que, sin lugar a dudas, conllevará una sucesión de caídas en cascada en las burbujas colaterales económica, política, y laboral, hasta alcanzar irremediablemente la burbuja familiar.

II.-Visión interna de la Sociedad Burbuja.

Pero junto a la Sociedad Burbuja como sistema estructural social expuesta (visión externa), nos encontramos con la realidad vivida por el hombre como individuo elemental que forma parte de la misma (visión interna), y cuyo efecto es de naturaleza bien diferente. Aquí no encontramos, por pura constatación empírica, con tres notables premisas definitorias. La primera, que el conjunto de las diversas burbujas fractales, que configuran a título individual el espectro secuencial de la Sociedad Burbuja, se caracterizan antropológicamente por manifestarse de manera aislada ideológica y culturalmente las unas de las otras. La segunda, y por derivación, que el hombre tiende a vivir y dar sentido a la vida, literalmente, bajo la lógica imperante en el interior de su burbuja existencial más inmediata, siendo dicha burbuja social como hábitat de realidad del hombre su único, personal y propio universo de desarrollo existencial. Y la tercera, por emanación de las anteriores, que en cada burbuja social se realiza un proceso de discriminación o sesgo de conocimiento, como efecto causal de los intereses y prioridades de las personas miembros de dicha comunidad burbuja, bajo determinismos intelectuales, culturales, ideológicos, y económicos, mayormente. Un efecto éste que se retroalimenta dentro de la burbuja social de cada grupo, clase o estrato humano, equiparable a la dinámica algorítmica de las redes sociales que ofrecen información personalizada según criterio de gustos, y no otro tipo de información potencialmente más variada y enriquecedora, conforme a predicciones basadas en los historiales de intereses de búsqueda de lo individuos como grupo social. De lo que se deduce:

1.-En primera instancia, que las burbujas sociales en las que vive el hombre no solo padecen un cierto grado generalizado de endogamia en materia de gestión del conocimiento, sino que dicho círculo vicioso elevan los intereses particulares de la burbuja social a la categoría ilusoria de los únicos existentes.

2.-En segunda instancia, que dicha cerrazón, subjetividad y falta de visión trascendente de las burbujas sociales como entes independientes, les concibe una falsa sensación de desconexión con el resto del sistema de la Sociedad Burbuja en su conjunto, tal como si no formasen parte de una misma comunidad social global (llámese humanidad).

Y, 3.-En tercera instancia, y derivado de las dos anteriores, dichos rasgos conductuales definitorios les hacen susceptibles de un mayor control y vigilancia como burbuja social por parte de otras burbujas sociales superiores de las que forman parte aun sin ser conscientes.

Expuesto lo cual, la pregunta que se tercia para todo hombre burbuja -que somos todos- no es otra que, a la luz del conocimiento, cómo pueden corregirse las debilidades tanto externas como internas de la Sociedad Burbuja. Si bien la respuesta no resulta simple, sí que podemos atisbar dos grandes líneas de trabajo. Véase:

Para la Sociedad Burbuja como sistema estructural social, cabe subsanar las carencias o fallos sistémicos que acontecen en cada una de las diversas burbujas sociales por separado, para que la corrección de las mismas sirvan de barrera de contención o cortafuegos frente a un posible contagio por efecto dominó en el conjunto del patrón secuencial. De esta manera, por ejemplo, un estallido de la burbuja económica no tendría por qué representar un estallido consiguiente de la burbuja del bienestar social, o un estallido de la burbuja ambiental o sanitaria no debería producir un estallido en las sucesivas burbujas económicas y sociales.

Mientras que para la Burbuja Social como realidad vivida por el hombre como individuo que forma parte de dicho sistema estructural social, cabe promocionar tanto una cultura de universalización del hombre como especie, con el objetivo de lograr percibirnos partícipes de un todo interrelacionado que concluya en un alto sentido conductual de responsabilidad global, como potenciar el flujo libre en materia de gestión del conocimiento sin filtros discriminadores (mal le pese al marketing comercial y político), con la finalidad de alcanzar un estado colectivo de intersubjetividad que conduzca al hombre a un pensamiento racional crítico de ámbito global.

Dos tareas propias de titanes, cierto es. Aunque no es menos cierto que el hombre unido -y tiempo mediante- es capaz de empresas mayores, si así le interesa y se lo propone. De igual manera que igualmente es cierto que la presente reflexión no es más que pura especulación de un humilde filósofo efímero, que entretiene sus pensamientos pipa en boca desde una triple burbuja personal: la propia como ser consciente singular, la compartida de un obligado confinamiento domiciliario por decreto gubernamental, y la de partícipe como miembro de una colectivo social concreto. Por lo que todo lo expuesto, no faltaría más, es susceptible de ser rebatido argumentalmente e impugnado filosóficamente. Dixi!



Nota: Para artículos de reflexión sobre filosofía contemporánea del autor se puede acceder online a la recopilación del glosario de términos del Vademécum del ser humano