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Islamistas destruyeron la antigua ciudad siria de Nimrud en 2015 |
En verdad, existen tantas
definiciones sobre cultura como hombres han existido a lo largo de la
humanidad, por lo que personalmente no me interesa tanto realizar una
definición al uso, sino reflexionar sobre los elementos
estructurales que componen la cultura como substancia conceptual.
Asimismo, cabe apuntar como nota introductoria que la cultura es
bicéfala por naturaleza, por lo que dependiendo del rostro al que
miremos desarrollaremos una u otra línea deliberativa: la cultura
como conjunto de hábitos, costumbres y creencias de una sociedad
(visión antropológica); y la Cultura como el gusto y cultivo por
las bellas artes y las humanidades (visión estética, gnoseológica
y metafísica). Y es, sobre éste último rostro de la cultura, que
deseo centrarme en la presente reflexión.
Para entrar en materia,
en primer lugar debemos marcar las premisas fundamentales que nos
sirvan de base argumental para alcanzar la conclusión reflexiva:
1.-La cultura es un
producto creado por el hombre, y siendo el hombre un ente en continuo
cambio y transformación, ergo la cultura es un sujeto de
acción vivo y dinámico.
2.-Dichos rasgos
fenomenológicos nos permiten caracterizar a la cultura como un
corpus orgánico, del que se derivan por esencia tres estadios
bien definidos: concepción, creación y desarrollo, y consolidación.
y, 3.-La cultura no es
Cultura hasta que alcanza su madurez evolutiva en el estadio de
consolidación, siendo las manifestaciones de sus fases de desarrollo
previas ya no Cultura sino culturilla.
Como podemos observar, el
tránsito de la culturilla a la Cultura cuenta con un vector
transmutador de naturaleza temporal, convirtiendo la culturilla en
potencia de la Cultura como acto, a modo análogo de lo que
representa una semilla para un árbol, sin que ello asegure por
imperativo existencial que toda culturilla pueda acabar
convirtiéndose en Cultura, ni mucho menos.
Llegados a éste punto,
describamos las diez grandes características diferenciadoras entre
culturilla y Cultura, con el objetivo de definir por el principio de
oposición los elementos estructurales de ésta:
1.-La culturilla es fruto
de la moralina humana, mientras que la Cultura es inspiradora de la
Moral del ser humano.
2.-La culturilla se rige
por valores geográficos, mientras que la Cultura se rige por valores
universales apriorísticos.
3.-La culturilla tiene
ideología propia, mientras que la Cultura no contiene ideología
alguna.
4.-La culturilla es
generacional, mientras que la Cultura es intergeneracional.
5.-La culturilla muere
con su creador, mientras que la Cultura trasciende a su creador.
6.-La culturilla
transmite conocimiento, mientras que la Cultura evoca sabiduría.
7.-La culturilla
retroalimenta las acciones sociales humanas, mientras que la Cultura
es un portal de trascendencia del hombre sensibilidad mediante.
8.-La culturilla es
patrimonio de unos pocos, mientras que la Cultura es patrimonio de la
humanidad.
9.-La culturilla es
accidental por temporal, mientras que la Cultura es substancial por
atemporal.
10.-La culturilla no hace
al hombre un ser mejor, mientras que la Cultura convierte al hombre
como especie en una mejorada versión de sí mismo.
Así pues, recuperando la
pregunta inicial de qué es la Cultura, podemos afirmar a modo de
conclusión que la Cultura es un corpus orgánico, fruto de la
acción creativa del hombre y consolidado por el factor tiempo,
compuesto de elementos estructurales como son la inspiración para la
Moral humana, la regencia de los valores universales apriorísticos,
la ausencia de ideología, la herencia intergeneracional, la
sobrevivencia a su propio creador, la evocación de la sabiduría,
la trascendencia del hombre sensible, la reserva de patrimonio de la
humanidad, la naturaleza substancial por atemporal, y la mejora del
hombre como especie. Todo ello en su conjunto, que se dice pronto, es
la Cultura. Lo demás solo es culturilla, la cual polvo es y al polvo
(del olvido) volverá.