A veces me da la
sensación que vivimos en una sociedad excesivamente relativista,
tanto que al final no sabemos lo que está bien y lo que está mal,
hasta el punto de acabar tan confundidos que alteramos el orden de
los valores morales que priorizan nuestra vida diaria. Y las
películas comerciales de moda realmente no ayudan. Pero previo a un
posible reordenamiento de la escala natural de los valores
(desordenada artificial e interesadamente, no seamos ingenuos),
primero debemos saber qué entendemos por los valores morales del
bien y del mal.
En este sentido, yo diría
que podemos entender el concepto del bien como la virtud que
predispone una buena voluntad, cuya acción es digna de alabanza por
su bondad, y que representa el contravalor del mal. Mientras que el
concepto del mal, por su parte, podemos entenderlo como el vicio
opuesto a la virtud que predispone una buena voluntad, cuya acción
es digna de repudio por su maldad, y que representa el contravalor
del bien. Y una vez aclarado los conceptos sin mayor profundidad, la
siguiente pregunta obligada es si ¿todo es bueno o malo o, como nos
susurra la lógica, existe una gradación de valores entre dichos
opuestos?. Y, siendo el bien y el mal un comportamiento del ser
humano, ya sea manifestado como virtud o vicio, ¿existen diversos
tipos de personas buenas y malas?.
Personalmente considero
que si agrupásemos las personas según su talla moral, podríamos
dividirlas en siete grandes familias: Bondadosas, Buenas, las que
Hacen el Bien, Amorales, las que Hacen el Mal, Malas, y Malvadas.
Veamos sus características a grandes rasgos, según el orden que
seguirían según su posición predeterminada en una coordenada al
uso, otorgando al grupo familiar denominado como Amoral un valor
igual a cero.
0) Personas Amorales:
Son aquellas personas que
tanto pueden hacer el bien como el mal, ya sea de manera consciente o
inconsciente, pero que en todo caso se caracterizan por enfrentarse a
una circunstancia o situación concreta desde la omisión de la
acción.
Se trata de individuos
con un perfil de personalidad bajo, mayoritariamente temerosos de la
vida, de fácil docilidad frente a un estado de opinión ambiental
imperante, y que hacen como suyos los principios de terceros.
1) Personas que Hacen
el Bien:
Son aquellas personas que
practican el bien en su cotidianidad, de manera consciente, y desde
un posicionamiento activo frente a una circunstancia o situación
concreta.
Se trata de individuos
con un perfil de personalidad medio-alto, con una concepción
intelectual clara de los valores morales de la sociedad, que actúan
en consecuencia en pos del bien colectivo con independencia de la
tendencia ambiental imperante.
-1) Personas que Hacen
el Mal:
Son aquellas personas que
practican el mal en su cotidianidad, de manera consciente, y desde un
posicionamiento activo frente a una circunstancia o situación
concreta.
Se trata de individuos
con un perfil de personalidad medio-alto, con una concepción
intelectual clara de los valores inmorales de la sociedad, que actúan
en consecuencia en pos de un bien exclusivamente personal con
independencia de la tendencia ambiental imperante.
2) Personas Buenas:
Son aquellas personas que
practican el bien mundano, de manera tanto consciente como
inconsciente, y desde un posicionamiento tanto activo como pasivo
frente a una circunstancia o situación concreta.
Se trata de individuos
con un perfil de personalidad discreto, con una doble concepción
intelectual y apriorística preclara de los valores morales
universales, y que actúan en consecuencia de manera natural en pos
del bien del prójimo con independencia de la tendencia ambiental
imperante.
-2) Personas Malas:
Son aquellas personas que
practican el mal mundano, de manera tanto consciente como
inconsciente, y desde un posicionamiento tanto activo como pasivo
frente a una circunstancia o situación concreta.
Se trata de individuos
con un perfil de personalidad que tanto puede ser discreto como medio
y alto, con una doble concepción intelectual y apriorística
preclara de los valores que son contrarios a la moral universal, y
que actúan en consecuencia de manera natural en pos del beneficio
exclusivamente propio con independencia de la tendencia ambiental
imperante.
3) Personas Bondadosas
Son aquellas personas que
practican el bien trascendental (summum bonum), de manera
consciente, y desde un posicionamiento claramente activo y
comprometido frente a una circunstancia o situación concreta.
Se trata de individuos
con un perfil de personalidad alto, por manifestarse desde la fuerza
que emana su autoridad interna, con una concepción apriorística por
naturaleza preclara de los valores morales universales, y que actúan
en consecuencia de manera natural en pos del bien global con
independencia de la tendencia ambiental imperante.
-3) Personas Malvadas
Son aquellas personas que
practican el mal trascendental, de manera consciente, y desde un
posicionamiento claramente activo y comprometido frente a una
circunstancia o situación concreta.
Se trata de individuos
con un perfil de personalidad alto, por manifestarse desde la fuerza
que emana su autoridad interna, con una concepción apriorística por
naturaleza preclara de los valores inmorales universales, y que
actúan en consecuencia de manera natural en pos del mal global con
independencia de la tendencia ambiental imperante.
Este sencillo diagrama
que nos representa -a modo de pequeño ejercicio teórico- la
gradación de los valores morales del Bien y del Mal según el grupo
de familias de personas, nos permite reflexionar sobre dos aspectos
relevantes. En primer lugar, nos invita a preguntarnos sobré cuál
de los grupos de familia descritos es porcentualmente mayor en
nuestra sociedad actual o, en todo caso, cuál de ellos ejerce una
posición destacada sobre la totalidad del conjunto. Pues de la
respuesta que obtengamos podremos deducir la concatenación de
valores morales afines (solidaridad/egoísmo, nobleza/envidia, etc)
que están influyendo sobre el modelo de sociedad que estamos
construyendo.Y en segundo lugar, nos ayuda a ser conscientes de la
evidencia de la existencia en nuestro mundo de los extremos opuestos
que conforman la naturaleza dual del valor moral objeto de reflexión:
la bondad y la maldad en estado puro. ¡Sí, existe entre nosotros
tanto el bien como el mal absolutos!. Conocimiento a partir del cual
nos permite observar el mundo, a sus líderes y sus políticas de
desarrollo, en una actitud de conciencia despierta y actuar
consecuentemente desde la diligencia humanista.
No cabe decir que la
razón de ser de los diversos grupos de familias de personas
referenciados va íntimamente relacionado con la propia naturaleza
humana, fuente de origen de la más luminosa y constructiva bondad, y
de la más oscura y destructiva maldad. Sí, a los buenistas hay que
recordarles por enésima vez que el bien y el mal existen. Pero que
en todo caso, con independencia de la materia prima con la que nace
una persona -cuyo entendimiento escapa hoy en día a la ciencia de la
neurobiología humana (quien sabe si incluso la trasciende)-, lo
cierto es que el hombre es un ser social, y en este punto la
estructura organizativa de la propia sociedad, instrumentos
educativos mediante, es un factor clave determinante para la buena
evolución del conjunto de la humanidad.
Es por ello que la
sociedad, ahora más que nunca, no puede hacer dejación de funciones
frente a terceros entes, como es el Mercado, en lo que respecta a qué
se debe entender por bueno y por malo. Pues la Moral, esa disciplina
filosófica que estudia el comportamiento humano en cuanto a los
valores del bien y del mal, es patrimonio de la sociedad en su
conjunto, y no de un grupo de personas con intereses partidistas que
ostentan una peligrosa -por incontrolable y opaca- influencia sobre
todos los mortales. Pues si existen dioses, de haberlos, no son de
este mundo. El resto somos humanos, profundamente humanos. Y ya
sabemos cuan frágil es la rectitud del espíritu humano.
Nota: Este y otros artículos de reflexión se pueden encontrar recopilados en el glosario de términos del Vademécum del ser humano