El hombre es un animal de
costumbres, y la mía, de buena mañana, es ponerme al día de las
noticias del mundo (al menos de las publicadas en los medios de
comunicación) mientras me tomo el primer café del día, sin el cual
no comienzo a transformarme nuevamente en persona. Y en ese repaso
matutino de las noticias diarias más destacadas me informé, hace
una semana escasa atrás, de la retirada de una estatua de Cristóbal Colón en California. El hecho, vendido
como un spot publicitario de vanguardia progresista al redoble de
cornetas mediáticas, es un claro acto
de Presentecentrismo, Odionalfabahistorismo y Populhisterismo. Me
explico.
1.- Presentecentrismo:
dícese de la tendencia social de revisar el pasado desde el
presente. Una línea de pensamiento tan irracional, endogámica y
corta de luces como intentar explicar un asiento arqueológico de la
era de los dinosaurios desde la lógica organizativa de una sociedad
fundamentada en el Derecho. Es decir, nunca podremos entender el
pasado sin un conocimiento explícito de los determinismos
socioeconómicos y políticos de su contexto temporal, los cuales son
imprescindibles para un análisis serio por objetivo que nos permita
entender las causas de un hecho pasado que expliquen los efectos como
resultado evolutivo del presente. Pretender reconstruir el pasado
desde la mirada conceptual del presente es tanto de locos como de
irresponsables, así como atenta contra el mismo proceso continuo del
Principio de Realidad, un disparate semejante a reinventar -por
desagrado de los volátiles cánones estéticos de moda- el origen
carbono del diamante.
2.-Odionalfabahistorismo:
dícese del sentimiento de odio por analfabetismo cultural hacia la
Historia. Un estado de conciencia derivado del Presentecentrismo
propio de un pobre nivel cultural e intelectual colectivo, en el que
el sistema educativo actual -pautado bajo mandato político- tiene
una gran responsabilidad al distorsionar conscientemente la propia
Historia, al amparo de un ambiente general de progresismo tuerto y
disfuncional cargado de complejos no resueltos. El
Odionalfabahistorismo, en el caso californiano que nos ocupa, es
capaz de despreciar el hito de un descubridor español como Cristóbal
Colón que unió a más de 500 millones de personas en una lengua
común, incitó el mestizaje racial y cultural entre continentes, y
dejó como herencia centenares de universidades implantadas en toda
sudamérica -con todas las sombras implícitas del colonialismo
propio de la época-, a favor de otra cultura colonizadora como es la
anglosajona que exterminó sin
miramientos ni distinción a toda la población india de norteamérica
de su territorio natural. En este caso, el Odionalfabahistorismo
contra Colón es equiparable, por tanto, a un hipotético y ridículo
ataque generalizado contra Albert Einstein por el hecho de haber
descubierto la equivalencia entre masa e
inercia (E=mc2) y de advertir sobre el potencial energético del
uranio que, entre otras muchas consecuencias directas para la
humanidad, fue causa determinante para el desarrollo de la fatídica
bomba atómica de uso militar.
3.- Populhisterismo:
dícese de un estado de mentalidad política populista de corte
histérico. El Populhisterismo, derivado del Presentecentrismo y del
Odionalfabahistorismo, es el resultado sociológico de masas generado
por una clase política dirigente incapaz de estar a la altura frente
a la Historia, y menos aún respecto a sus conciudadanos en el más
stricto sensu de diligencia de Estado. La dejación de
responsabilidades de la res publica histórico-cultural por
parte de nuestros políticos, de triste y desesperante bajo porte
intelectual, que han encontrado en los vientos populistas con poso
socioeconómico el substituto perfecto a sus carencias ideológicas,
airean un falso progresismo entre la ciudadanía con argumentos tan
superficiales como vacuos de realidad, que alimentan un histerismo
colectivo cuyo contagio ha calado incluso entre las propias
instituciones públicas. Y es que los votos, hoy en día, pesan más
que la Razón.Y no hay mejor opio para las sociedades desarrolladas
contemporáneas que el Populhisterismo, en claro reflejo de una
civilización occidental que avanza a golpe de eslóganes
publicitarios de alta carga emocional, por irracionales que sean.
Frente a los detractores
y activistas contra Cristóbal Colón, y todo lo que representa, más
cultura y sentido amplio de la Historia de nuestra humanidad. Pues no
hay peor humanidad que aquella que vive renegando, e incluso
mintiéndose, sobre su propia Historia. Y respecto a los políticos
que lo permiten, exijámosles que sobrepongan lo correcto frente a lo
fácil, o en caso contrario enviémosles directos a galeras por
malversación del patrimonio histórico común. En todo caso,
esperemos que las nuevas generaciones muestren mayores luces, aun a
contramarea de un sistema educativo cada vez menos exigente.
Nota: Este y otros artículos de reflexión se pueden encontrar recopilados en el glosario de términos del Vademécum del ser humano