Si tuviéramos que
definir cuál es el problema principal que aborda la Filosofía en la
actualidad, entendiendo problema como materia objeto de estudio,
deberíamos hacer un acopio de las reflexiones de los filósofos -u
hombres pensantes- de hoy y extraer una línea de pensamiento como
denominador común. Proceso analítico al cual me planto, por lo que
solo definiré el problema principal de la Filosofía latente desde
mi personal y subjetiva percepción.
No obstante, para
situarnos, cabe recordar previamente que a lo largo de la historia de
la Filosofía los hombres pensantes han abarcado cuatro grandes temas
de reflexión existencial, en nuestro universo occidental, en orden
cronológico: el Mundo, Dios, el Hombre, y el Individuo. El Mundo fue
el problema por excelencia a resolver para la Filosofía Antigua
(siglos V a.c. a IV d.c.), enfocándose en el estudio de la
estructura de la realidad por parte de presocráticos, filósofos
clásicos y filósofos helenistas. Dios, por su parte, fue el tema
preferido de la Filosofía Medieval (del IV d.c. al XV), en un
intento de resolver la relación entre fe y razón a cargo de la
patrística y el escolasticismo. El Hombre, asimismo, fue la
reflexión central de la Filosofía Moderna (siglos XV a XVIII),
poniendo el énfasis en el conocimiento como un problema esencial
para escuelas del renacimiento, de la revolución científica, el
racionalismo, el empirismo, la ilustración, y el idealismo
trascendental. Y finalmente, el Individuo ha sido hasta la fecha la
materia de estudio predominante de la Filosofía Contemporánea (del
siglo XVIII al XXI), manifestando la imposibilidad de un saber
absoluto, a cargo de filósofos participantes del positivismo, del
materialismo histórico, el existencialismo, el neopositivismo, y la
hermenéutica, entre otros y a grandes rasgos.
A nadie se le escapa, no
obstante, que si existe algún periodo en la historia de la humanidad
de mayor cambio y transformación en los paradigmas de la vida del
hombre es, justamente, el periodo comprendido entre el siglo XX y el
XXI, protagonizando ya cuatro eras de revoluciones industriales que
han afectado profundamente (en continua y vigente redefinición) al
concepto que tenemos como sociedad y, por extensión, la propia
relación del hombre con la existencia. Por lo que más allá del
Mundo, Dios, el Hombre y el Individuo, el problema central de la
Filosofía actual es la Sociedad en sí misma, y más concretamente
el encaje de la lógica de la Filosofía -como conjunto de
reflexiones sobre la esencia, propiedades, causas y efectos del
hombre y su naturaleza con el Universo perceptible- en una sociedad de
Mercado.
Sí, la Sociedad (de
Mercado) ha trascendido en la actualidad, como objeto de estudio
filosófico central, al estudio de la estructura de la realidad, al
establecimiento de la relación entre fe y razón, al conocimiento
como problema esencial, y a la imposibilidad de un saber absoluto. Y
en su trascendencia reflexiva, integra a su vez la suma de éstos
grandes problemas filosóficos que han marcado la línea temporal del
pensamiento anterior, para dar continuidad -desde la inevitable
actualización de los tiempos- al proceso evolutivo del pensamiento
crítico del hombre. Pues la Sociedad como problema filosófico
actual afrenta tanto el problema de la Realidad y el Ser, como el
problema del Conocimiento, el problema del Hombre, el problema de
Dios, el problema del fundamento de la Moralidad, el problema del
fundamento Político de la Sociedad, y el mismo problema sobre el
papel de la Filosofía en el conjunto del Saber. Una Filosofía
poliédrica pues poliédrica son nuestras actuales sociedades en su
complejidad. Y tan poliédrica, a su vez, como efímera, pues la vida
del hombre estructurada en un sistema social de referencias
vertiginosamente cambiantes -capaz incluso de redefinir la propia
esencia de la naturaleza humana- es efímera por definición. (Ver:
Filosofía Efímera).
El hecho que la Sociedad
devenga la materia central de estudio de la Filosofía actual es un
claro indicador de hasta qué punto la actual organización
sociopolítica de Mercado fogatiza el sentido mismo de la realidad,
de la idea de Dios, y del concepto del hombre como especie e
individuo. Pues la Sociedad actual como organismo estructural, con
potencialidad de generar inteligencia propia sobre el ecosistema en
el que se desarrolla, se ha convertido en un gran acelerador y
colisionador de partículas de nuestra realidad humana capaz de
examinar la validez y límites de la propia existencia tal y como la
concebimos. Y sobre esta premisa, de veracidad empírica, la
Filosofía no puede más que situar al modelo de Sociedad actual en
el eje gravitacional del sistema de relaciones crítico-reflexivas
del que participamos tanto el hombre a nivel individual como el
propio Universo del que formamos parte. Ya que la fuerza de curvatura
espacio-temporal de nuestra Sociedad, en la creación de nuevas
dimensiones de la realidad, comienza a tener un efecto directo sobre
las características y propiedades de la naturaleza de todo lo
conocido por perceptible, incluido el ser humano y su cosmología.
Por todo ello, si hay que
definir cuál es el problema principal que aborda la Filosofía en la
actualidad, la respuesta no puede ser otra que nuestra Sociedad, pues
en su complejidad como organismo biotecnosocial se concentran todos
los grandes temas filosóficos tanto habidos en la antigüedad como
futuros por venir. Un problema principal de la Filosofía de hoy en
el que todos los hombres pensantes, filósofos efímeros incluidos,
estamos invitados a reflexionar, sabedores que solo mediante la suma
conjunta de los pensamientos de todos podremos realizar una teoría
filosófica aproximada y consistente de una Sociedad tan fractal como
expansivamente reflectante en continua multiramificación evolutiva
de sus partes. He aquí más que un reto (solo apto para ingenuos),
un apasionante campo de estudio para gozo intelectual de los
solitarios hombres pensantes en el viaje de su caduca vida mortal.
Pues cada cual se entretiene como quiere, sabe, y puede.
Nota: Este y otros artículos de reflexión se pueden encontrar recopilados en el glosario de términos del Vademécum del ser humano