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Marca de Amor Valorizado de mi pareja Teresa |
Estamos en una sociedad
donde el amor se ha convertido en una estrategia de consumo
marketiniana, aunque menos que el sexo liberal que combina a la
perfección placer inmediato y excedencia de responsabilidad personal
en un Mercado hedonista. Y me refiero al amor de pareja, no al amor
entre padres e hijos o ascendientes, al amor que sentimos hacia
animales, objetos o deidades, o a la idea de Amor como valor
universal. Mucho se habla sobre éste tipo de amor, pero pocos saben
definirlo y menos aún sabemos diferenciar si todos hablamos del
mismo tipo de amor, aunque intuitivamente somos conscientes que para
cada edad tenemos un concepto de amor distinto.
¿Qué es el Amor? De
definiciones hay tantas como personas existen. Personalmente defino
el Amor como un estado de conciencia determinado por factores
biológicos (sexo), culturales (entorno) y psicológicos
(descodificación personal de la experiencia con el entorno). Así
pues, observamos que el Amor se fundamenta en la dicotomía
biología-cultura, una de rango común a todos los seres humanos
(derivado del instinto natural de reproducción de la especie, que
hoy en día hemos sociabilizado con el hábito normalizado denominado
“relaciones sexuales”), y otra de rango específico para cada una
de las diferentes culturas que componemos la humanidad, donde entran
en juego factores claves como la religión, la filosofía, los usos y
costumbres, las tendencias sociales, etc, enmarcados en un contexto
espacio-temporal singular.
Pero dentro de este
complejo enjambre de concepciones sobre el Amor, podemos observar
tres grandes estadios del amor de pareja:
1.-INSTINTIVO
Es aquel estadio de amor
de pareja donde prima la biología sobre la razón, y está
fuertemente marcado por la fuerza arrolladora de las hormonas
sexuales. Se manifiesta con el despertar sexual del ser humano y
puede extenderse a lo largo del resto de existencia de una persona.
2.-IDEALIZADO
Es aquel estadio de amor
de pareja donde prima la biología y la cultura sobre la razón, y
está fuertemente marcado por una idealización hacia la pareja y/o
su entorno social (familiar, cultural, etc). En este estadio se
mezcla tanto el ideal que representa la pareja dentro del mundo a
ojos del enamorado/a, como lo que denomino un estado de “dependencia
de piel” de claras connotaciones sexuales. En este estadio de
idealización del amor de pareja se manifiesta una carencia
psico-social-emocional por parte de la persona enamorada.
Los estadios Instintivo y
Idealizado se pueden dar de manera conjunta o por separado y en
algunas personas (tristemente mayoritarias) son los únicos estadios
de amor de pareja manifestados a lo largo de su existencia.
3.-VALORIZADO
Es aquel estadio de amor
de pareja donde prima la biología y la razón (entendida como
valores personales identificados y reafirmados conscientemente frente
al mundo) sobre la cultura. Es un estadio de madurez psicológica y
emocional del enamorado/a caracterizado por la autoestima (estado de
salubridad emocional) y la autoridad interna (capacidad de mostrarse
frente al mundo tal y como uno es), fruto de un proceso de desarrollo
y crecimiento personal. Un estadio de amor en el que la pareja elige
conscientemente a la otra persona como compañero/a de vida bajo el
criterio consciente y positivo de unos valores personales que
permiten el desarrollo individual de las partes a la vez que el
enriquecimiento conjunto de ambos. Un estadio de amor de pareja,
propio de la madurez, que pocas personas alcanzan y experimentan.
En este sentido, podemos
decir que tanto los estadios Instintivo como Idealizado son de
naturaleza inconsciente (donde se manifiesta el apego), mientras que
el estadio Valorizado es de carácter consciente (donde el apego se
sustituye por libre correspondencia), entendiendo la consciencia como
un estado mental cognitivo que permite a la persona reafirmar su
libre albedrío sobre la base del autoconocimiento y la gestión
emocional de sí mismo (fidelidad al Yo soy) en relación al entorno
más inmediato que le rodea (los otros).
No quisiera finalizar la
presente reflexión sin apuntar que si bien el Amor de pareja es un
estado de consciencia (o inconsciencia), en el caso del Amor
Valorizado éste requiere de nuestra atención para hacerlo
sostenible en el tiempo, al igual que un precioso jardín necesita de
cuidados continuos, siendo el enfoque y la sensibilidad personal las
habilidades que permiten la atención activa para la buena salud de
la relación. En caso contrario, al igual que puede suceder con el
resto de estadios, la relación puede transformarse en cariño (una
manifestación de afecto) o incluso indiferencia, dejando de ser un
estado de consciencia de Amor. Pues el Amor, como todo en la vida,
debe cuidarse cada día. Y no hay mejor receta para cuidar aquello
que valoramos que tener la madurez suficiente para ser conscientes de
ello y obrar en consecuencia, con independencia de lo que dicten las
pseudomodas del corazón pasajeras. Yo Amo, porque he decidido amar.
Nota: Este y otros artículos de reflexión se pueden encontrar recopilados en el glosario de términos del Vademécum del ser humano