En
un mundo globalizado como el actual, la Diversidad no solo constituye
la realidad social del tejido de nuestras ciudades, sino que
representa el reactivo que nos hace evolucionar y progresar como
seres humanos, pues a través de la multiplicación de las diversas
singularidades que representamos las personas enriquecemos el flujo
de nuestra inteligencia colectiva como especie.
No
obstante, la Diversidad, que es una cualidad propia de los
colectivos, conlleva la Diferencia, que es una cualidad específica
de las personas como individuos de dichos colectivos. Y si bien la
Diversidad puede parecernos un concepto más abstracto y amable, la
característica que hace que una persona (y su manera de entender,
enjuiciar y actuar frente al mundo) sea diferente a otra, se nos
muestra en la vida cotidiana como algo mucho más tangible que
requiere de una gestión activa, concreta y positiva por nuestra
parte, ya que por norma general y de manera primigenia suele generar
estados individuales y colectivos de recelo e incluso de rechazo
propios de la emoción básica ancestral del miedo a lo desconocido,
a perder un espacio de confort controlable, e incluso al cambio que
conlleva la misma evolución siempre en continua transformación.
La
mala Gestión de la Diferencia nos aboca históricamente de manera
irremediable a la confrontación, al sometimiento y al
empobrecimiento, mientras que una buena Gestión de la Diferencia nos
conduce al entendimiento, la cooperación y al enriquecimiento. Una
máxima que el mundo económico, que siempre busca el beneficio de
sus acciones, sabe rentabilizar. Tanto es así que, en un Mercado
global donde el conocimiento se transmite en tiempo real, el mundo
empresarial entiende que la suma de diferencias produce el
inestimable activo al que denominados innovación, el cual es
sinónimo de competitividad. Por lo que la Gestión de la Diferencia,
junto a la Gestión del Cambio Relacional y la Gestión de la Actitud
son los ejes fundamentales de desarrollo de los Recursos Humanos en
pleno siglo XXI. Unos parámetros de actuación plenamente
extrapolables, dimensionados en su justa medida, al ámbito
estrictamente social. Si la Diferencia genera beneficios en el ámbito
económico, ¿porqué no los va a generar en el ámbito social?. Una
de las causas divergentes principales entre ambos ámbitos, es que
mientras que el Mercado ha dado valor a la Diferencia como un activo
empresarial, socialmente aún no se ha encontrado la fórmula para
revalorizar la Diferencia entre individuos (aunque la tímida
integración al universo de las Inteligencias Múltiples es un primer
paso).
Introducción
al tema y tendencias sociológicas a parte, veamos a continuación de
manera sintetizada la fórmula de la Gestión de la Diferencia:
GD=E.R.I.
La
Gestión de la Diferencia (GD) es igual al producto de los factores
de la Empatía (E), el Reconocimiento (R ) y la Integración (I).
1.-Empatía
(E)
El
primer factor para tratar la Diferencia es contar con la sensibilidad
suficiente para poderla gestionar. Esta habilidad humana la
denominamos Empatía, que nos capacita para ver las situaciones o
problemas desde la perspectiva de otra persona. Una cualidad propia
de las Habilidades Sociales que, por su relevancia para el éxito de
las relaciones interpersonales, destaca con personalidad propia
dentro del ámbito de la Inteligencia Emocional, ya que permite que
las demás personas se sientan
comprendidas, escuchadas y apoyadas emocionalmente.
Destacaremos
tres factores claves de la Empatía:
1.-Que
la Empatía es una habilidad, no un rasgo genético de personalidad,
por lo que se puede aprender para integrarlo como un hábito de
conducta más en nuestras vidas.
2.-Que
la Empatía, al tratarse de una habilidad social cuyo objeto son las
emociones humanas, requiere de un conocimiento, formación e
integración previa en materia de Gestión de las Emociones y en
Inteligencia Emocional.
y,
3.-Que la Empatía, entre sus características principales, cuenta
con la actitud del Respeto, que es aquella consideración que nos
permite concebir que toda persona tiene un valor humano y social por
sí mismo
(Se
recomienda la lectura del artículo "Conoce la fórmula de la Inteligencia Emocional" de la serie de unidades de conocimiento
conceptualizados de la materia del Desarrollo Competencial recogidos
en "Las Fórmulas de la Vida").
2.-Reconocimiento
(R )
Una
vez que tenemos la sensibilidad empática necesaria para gestionar
positivamente la Diferencia, ésta requiere seguidamente de un
proceso de Reconocimiento hacia la singularidad de la persona como
individuo y como parte natural de un colectivo propio diverso al
nuestro.
Todo
proceso de Reconocimiento social cuenta con dos fases de actuación:
1.-Reconocer
como acción de obtener un conocimiento sobre el objeto de estudio
(Conocer).
Es
decir, estudiar las características diferenciales de la persona y su
colectivo que nos permitan comprender su cosmología existencial. En
este punto, tanto la sociología, como la antropología social y la
comunicación interculltural se nos presentan como herramientas
imprescindibles. Ya que si no conocemos la singularidad de la
Diferencia, no podremos entenderla y, por tanto, no podremos
relacionarnos con éxito.
y,
2.-Reconocer como acción de dar valor a la Diferencia (Valorar).
Es
decir, tras conocer y entender la singularidad, podemos otorgarle un
valor social dentro de nuestra comunidad conforme a las cualidades de
la persona y teniendo en cuenta diversos elementos o juicios de
valor determinados, siempre buscando el beneficio del bien común.
Dicha revalorización social de la persona como individuo diferencial
debe realizarse desde la lógica de las Inteligencias Múltiples,
puesto que una sociedad no es más que el engranaje armonioso de
múltiples singularidades que enriquecen al conjunto del sistema como
estructura orgánica. Si entendemos, a la luz de las Inteligencias
Múltiples, que toda persona tiene un valor social en su justo
encaje, estaremos aprovechando la singularidad como activo humano que
nos va ha permitir crecer socialmente desde el enrequecimiento de la
suma de activos diferentes (principio natural de la propia Vida),
precepto que la Economía de Mercado ha entendido a la perfección e
integrado ya en su metodología funcional en busca de la anhelada
innovación continua que le permite ser sostenible en el tiempo.
(Se
recomienda la lectura del artículo "Conoce la fórmula de Gestión de las Inteligencias Múltipes" de la serie de unidades de conocimiento
conceptualizados de la materia del Desarrollo Competencial recogidos
en "Las Fórmulas de la Vida").
3.-Integración
(I)
Y
tras haber dado valor a la Diferencia, solo cabe integrarla en la
comunidad para poder rentabilizar su activo social. No obstante, cabe
remarcar que si bien integrar es lo opuesto a descriminar, tampoco
significa substituir. Debemos entender la Integración como aquella
acción que genera espacios comunes de enriquecimiento a través de
cuatro principos básicos:
I.-Diversidad,
porque la suma de dos o más personas diferentes crean un espacio
común diverso. (Teoría matemática de la Intersección de espacios
tangentes)
II.-Co-Pensamiento,
ya que la diversidad en un espacio común conlleva a co-pensar desde
las singularidades los mismos problemas que afectan a todos en el
espacio que se comparte.
III.-Colaboración,
puesto que sin una actitud proactiva de colaboración entre las
diferencias no puede existir la Integración. En este punto, la
pedagogía multilateral es esencial para alcanzar un ambiente
colectivo donde prime la voluntad de colaborar, y donde la Confianza
Básica Mútua se convierte en la piedra angular de toda
Colaboración.
y,
IV.-Co-Creación, puesto que la Colaboración Co-Pensante de la
Diversidad siempre conduce a la Co-Creación de una realidad nueva a
la existente (Principio básico de la Innovación).
(Se
recomienda la lectura del artículo "Conoce la fórmula de Gestión del Talento en las Empresas" de la serie de unidades de
conocimiento conceptualizados de la materia del Desarrollo
Competencial recogidos en "Las Fórmulas de la Vida").
En
un mundo donde la diversidad no es una opción, sino una realidad
cotidiana, aprendamos a gestionar la Diferencia de manera inteligente
y siempre desde el respeto mútuo por todas las partes. Ya que no hay
nada inteligente en desaprovechar la riqueza de elementos singulares
que nos ofrece la variedad. Fiat lux!
N.A.: Este
artículo forma parte de la serie de “Las
Fórmulas de la Vida”
que tienen como objetivo conceptualizar las unidades nucleares de
conocimiento independientes sobre las que se construye la materia del
Desarrollo Competencial, para de este modo -como si se tratasen de
piezas de lego- poder configurar a medida la estructura didáctica
para cualquier caso teórico o práctico del Management.