De igual manera que la llamada
Economía de Mercado es diferente, y por ende sus reglas de juego, para el
puñado de ricos de nuestro país (20 personas acumulan los ingresos totales de
14 millones de personas) y el resto de los ciudadanos (que al menos aún
mantenemos el título de “ciudadanos”, herencia por derecho de la Roma
esclavista). Así mismo, el tan manoseado Producto Interior Bruto, PIB, es
diferente, y por ende sus consecuencias a corto, medio y largo plazo, para el
puñado de ricos de nuestro país y el resto de ciudadanos. ¡Que no nos hagan PIBilusionismos
tras ninguna pantalla de plasma!
Cuando se vocifera que el PIB en
nuestro país está creciendo, incluso por encima de la media europea, en una
España con la segunda tasa de desigualdad más alta de toda Europa, tras Letonia;
en una España con el tercer lugar de pobreza infantil y en riesgo de exclusión
social de los 41 países “más desarrollados” del planeta, tras Grecia y Letonia;
y en una España donde uno de cada cinco españoles vive por debajo del umbral de
la pobreza, tasa que incrementa la proporción de uno a cuatro en menores de 16
años; y, por contra, en una España donde los ricos aumentan en un año su
riqueza el 9,2% de media frente a la hambruna generalizada; ese vociferado PIB,
con todos su indicadores económicos, se materializa de manera diferente en la
realidad del puñado de ricos, que en la realidad del resto de los mortales.
Ante esta cruda y fría (aún más
si cabe en el invierno de la “pobreza energética”) radiografía social, propongo añadir un nuevo indicador socio-económico al PIB de los nuevos pobres españoles
(antaño, clase media trabajadora): el Índice de Sufrimiento Nacional Bruto
(SNB).
Este Índice de Sufrimiento Nacional
Bruto (SNB) tendría como objetivo medir la calidad de vida del ciudadano en un
PIB en economía de crisis estructural como la actual, sobre el principio que valores
subjetivos como el Bienestar son más relevantes e importantes para la vida de
una persona que los valores objetivos como el Consumo. (Filosofía Humanista versus Filosofía de Mercado).
Un Índice de Sufrimiento
Nacional Bruto (SNB) que mediría en una escala del 0 al 10, mediante un sistema
de encuesta, diversas facetas de la vida de una persona a través de las cuales
nos permitirían medir los factores que alteran el concepto de bienestar de una
sociedad. Las dimensiones de la vida a valorar podrían ser tales como:
1.-Bienestar Psiciológico
2.-Capacidad de alimentarse
adecuadamente
3.-Capacidad de vestirse
adecuadamente
4.-Capacidad de usar óptimamente
las energías domésticas
5.-Seguridad de mantener una
vivienda
6.-Capacidad de mantener la
familia
7.-Capacidad de recibir una
atención sanitaria adecuada
8.-Capacidad de ahorro para una
futura jubilación
9.-Capacidad de
autorealización personal
10.-Nivel de autoestima
personal
Así pues, mercadoeconomistas
y plasmapolíticos, a la hora de continuar vendiéndonos la estafa de la
estampita de una mejoría social inminente con las macro cifras del PIB, para
continuar justificando las prebendas de una sociedad desigual que permite mantener
el estatus de privilegios de unos pocos, háganos el favor de diferenciar entre
un PIB para ricos y un PIB para el resto de ciudadanos en el que se incluya
dicho Índice de Sufrimiento Nacional Bruto (SNB). Sólo así sabrán, si es que
desean conocer en espíritu de servicio de gestores del bien común, si la
economía real genera realmente Bienestar o, por el contrario, los famosos
brotes verdes solo aparecen en los balances de explotación de las grandes
fortunas de un puñado de personas y empresas que dirigen ese ente llamado
Mercado. Ya que sólo conociendo, y queriendo conocer, se puede gestionar
diligentemente.