Terapeuta: Buenos días, póngase cómodo. (Cierra la puerta
y se sienta en su mesa)
Paciente: Buenos días. Gracias. (Nervioso toma su
asiento)
Terapeuta: (Saca la libreta dispuesto a escribir) ¿A qué
se debe la visita? ¿Qué es lo que le preocupa?
Paciente: No puedo dormir, estoy muy nervioso
últimamente. (Hace una pausa) Me siento angustiado.
Terapeuta: ¿Y qué es
lo que le angustia?
Paciente: El dinero
Esta escena tipo, que
bien podría servirnos para comenzar una obra de teatro (el gran teatro de la
vida), es tristemente el pan nuestro de cada día en la mayoría de las consultas
terapéuticas occidentales. Lo que resulta curioso es que las personas, en su
papel de pacientes, acuden a la consulta con la ilusión que el terapeuta les
resolverá su angustia por el dinero dándoles algún tipo de receta milagrosa que
les permitirá salir de la terapia con plena capacidad y poderes extraordinarios
para conseguir más dinero casi de manera inmediata.
(Lo cierto es que toda
persona tiene el poder de crear sueños sin dinero, pero este es un paso
posterior una vez la persona se ha graduado en la escuela de reencontrarse con
su Yo Verdadero)
La angustia por el
dinero, o mejor dicho por el sentimiento de carencia del dinero, no es otra
cosa que miedo a perder parte o la totalidad de un modo de vida al que nos
hemos acostumbrado. Y ya sabemos que con
el miedo metido en el cuerpo, las personas se bloquean en un círculo vicioso del
“Yo no Puedo, Yo no Valgo, y Yo no me lo Merezco”. Un efecto en cascada de sentimientos y
pensamientos negativos que lo único que conducen es a menguar el nivel de
autoestima personal -el termómetro de
nuestra fuerza vital que nos permite ser creadores de realidades alternativas-,
y que nos alejan del camino que conduce a nuestra propia felicidad.
Así pues, ¿si el
dinero se ha convertido en una carga, en vez de ser un medio para alcanzar
nuestra felicidad personal? - porque al final todos buscamos lo mismo: ser
felices-, ¿por qué no soltamos lastre, es decir la carga?
Paciente: ¡Ah, no! (Se pone las manos en la cabeza) No
puedo. ¡Tengo muchas responsabilidades!
Terapeuta: ¿Cuáles son?
Paciente: (Enojado) Pues el alquiler de la casa, las
actividades de los niños, el alta de autónomo, el crédito del coche,…
Terapeuta: Entonces, ¿prefiere intentar sobrehumanamente mantener
la carga y continuar siendo infeliz?
Para crear hay que
soñar, y después la mente materializa. Pero no hay persona que pueda soñar, que
no es más que la capacidad de trasgredir la realidad conocida para imaginarse
una nueva y alternativa, si la persona está bloqueada por el miedo a perder.
El estado de carencia
de dinero que activa el sentimiento de sufrimiento en las personas, no es otra
cosa que apego a cosas o situaciones, por lo que la supresión del sufrimiento solo
se consigue por la eliminación del apego. Solo quien acepta que las cosas han
cambiado se desapega de un pasado que ya no existe y permite abrir la puerta a
un nuevo futuro lleno de posibilidades. Sin desapego no hay aceptación, y sin
aceptación no hay camino que permita reinventarnos.
Paciente: ¿Reinventarnos en qué?
Terapeuta: En personas nuevamente felices
Vivir en la actitud de
la aceptación de la impermanencia (todo cambia en este universo conocido en un
continuo fluir, por lo que nunca nada es igual), es aceptar el principio de
armonía de la vida, que nos permite aligerarnos de cargas pasadas y vivir desde
un estado de libertad interior.
Terapeuta: Vamos ahora a jugar a soñar. Imagínese cómo le
gustaría vivir. Sueñe en ese modelo de
vida que, desde su ser más interior, le
hace sentir feliz y realizado, e intente describirlo con el máximo posible
de detalles…
… y, en la totalidad de
los casos, si la persona realmente se ha conectado con su Yo Verdadero (que es
su Corazón) en vez de con el Yo de los Otros (la Mente), la descripción que
realiza de su modelo de vida anhelado nada tiene que ver con la vida que lleva.
El sufrimiento no es
más que la pesada carga a un apego, y el dinero su manifestación última más física
como recurso fácil de identificación en nuestra sociedad. Pero aún más
importante, el sufrimiento es la señal más relevante de que nos hemos desviado
de nuestro camino de felicidad personal. Y no hay felicidad sin fidelidad a
nosotros mismos, ni fidelidad sin un trabajo previo de reencontrarnos con
nuestro Yo Verdadero que vive desde el Ser, y no desde el Hacer o el Tener que
forman parte del Yo de los Otros. Por ello la felicidad no solo es un poderoso
camino de sanación, sino también de sabiduría personal.
Paciente: Así pues, ¿cómo va a ayudarme a desbloquearme
del dinero y a dejar de sufrir?
Terapeuta: Enseñándole a desapegarse. Pues en la
Aceptación está el primer peldaño hacia la Felicidad, y en ella radica su
fuerza de autoestima capaz de hacer realidad sus sueños.
Y es que, como dice el
sabio, en la renuncia (de lo que desea la mente), está la Felicidad!
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