Y no, por desgracia esta ya no es una realidad marginal y escondida que no puedas ver a tu alrededor. Tanto es así que hace solo un par de días, casi a la hora nocturna de cerrar los supermercados, me encontré con un padre de familia bien vestido -como tú y como yo-, y a sus hijos de edad escolar -bien parecidos al igual que los nuestros-, que esperaban al lado de un container de basura a que las empleadas de un supermercado se acercan a tirar la comida caduca del establecimiento para poder seleccionar en bolsas caseras su particular cesta de la compra. Como te puedes imaginar, se me cayó el alma al suelo.
Remordimiento infinito de conciencia tendrían que sentir nuestros políticos, esos que se hacen llamar representantes del pueblo, por colaborar directamente en convertir a la clase media española en indigentes, esa misma clase media que genera riqueza y bienestar en un país. ¿Pero qué se puede esperar de nuestros actuales políticos, si por no sentir, no sienten ni vergüenza propia ni ajena?. Y a sus discursos y elocuencias estériles que hacen ondear banderas, ocupan telediarios y llenan páginas de periódicos me remito. Menos tomadura de pelo y más acción, por favor, que hay muchos padres de familia y con ellos nuestros niños que por no tener no tienen ya ni tiempo de espera.
Ahora más que nunca requerimos imaginación, valentía y emprendedoría al poder!
Imaginación para crear soluciones, donde se recupere el sentimiento por un futuro de un mundo mejor posible.
Valentía para cambiar lo que no funciona, aunque ello represente enfrentarse a los poderosos señores del Mercado.
Y emprendedoría para construir un nuevo sistema económico-social, en el que el derecho a una vida digna sea incuestionable.
Por ello te digo a ti, político, en tiempos de emergencia social como los actuales donde el 27% de nuestros niños –uno de cada cuatro españoles- ya viven bajo el umbral de la pobreza, que si en examen de conciencia interna te percatas que no tienes imaginación, valentía y emprendedoría suficiente para dar soluciones reales al ahogo de miles de familias, sé honesto contigo mism@ y con tus conciudadanos y dimite -¡por Dios, por dignidad personal dimite!-, para que otros mejor capacitados y con aires frescos puedan construir una nueva sociedad más justa humanamente.
-¡Papá, tengo hambre!. –Dice el hijo pequeño, mientras el padre hundido por una desesperada y profunda angustia disimulada, busca en las esquinas de los armarios de la cocina cómo hacer, un día más, de la nada magia.
Mientras tanto, en otra punta de la ciudad se celebra una reunión de políticos en la sala privada de un lujoso hotel para aprobar, siguiendo la llamada previa del Fondo Monetario Internacional, un nuevo aumento de inyección de dinero público a los bancos del país para que estos puedan cubrir sus deudas privadas. Minutos después, el Consejo de Ministros anuncia, como cada viernes, mayores recortes en servicios sociales.
(Secuencia de la película llamada España, año 2012. Dirección: La clase política. Actores: La ciudadanía. Producción: El Mercado)
España, a 10 de octubre de 2012
Día de la banderita de