Expuesto lo cual, no hay lugar
para el asombro. Ya que, desde hace tiempo, la voluntad del hombre por
controlar el medio en el que habita mediante el uso de la tecnología es un
hecho tan integrado como normalizado en la sociedad del siglo XXI. Tanto es así
que, sin darnos cuenta, hemos dado un carpetazo tácito a la etapa de la
humanidad caracterizada por la ya trasnochada teoría de la selección natural
darwiniana (ver: Somos seres tecnológicos cuya evolución se basa en el conocimiento). No obstante, dicho camino que se antoja sin retorno emprendido por
la humanidad como homo sapiens sapiens
hacia su nueva y actualizada versión de homo
sapiens artificialis, proceso el cual preveo que alcance su culminación transitoria
entre finales del presente siglo y principios del que viene, si bien no debe
asombrarnos no por ello debe dejar de preocuparnos, en el sentido de ocuparnos
de manera preventiva y con espíritu reflexivo. Un tema que éste Filósofo
Efímero pretende exponer a examen, de manera breve pero sintetizada, a través
del siguiente sistema formal:
Teorema Evolutivo del Homo Sapiens Artificialis
1.-El Ser Humano se modifica
artificialmente para corregir su propia imperfección
Lo que está claro, es que la
tendencia evolutiva humana, mediante el uso de la tecnología en la mejora de las
capacidades físicas e intelectuales del hombre, tiene como objetivo corregir e
incluso perfeccionar la imperfección de la naturaleza humana. Un requerimiento
imperativo como especie, por otra parte, frente a la irrupción de un nuevo
espécimen de seres inteligentes artificialmente que en su perfección ejecutiva
vienen para quedarse con la finalidad de suplir la imperfección humana. (Ver:
El ser humano dejará de ser en breve el ser más inteligente y Como seres imperfectos, ¿qué implica crear seres perfectos para corregir la imperfección?)
2.-El Ser Humano modificado artificialmente
cede su control personal a la Tecnología
Asimismo resulta obvio que, como
en el caso flagrante del proyecto Neuralink -que en verdad representa la punta
del iceberg del nuevo Homo sapiens
artificialis-, la presumible nueva tecnología implantada a los seres
humanos supondrá de facto la cesión voluntaria
o por imposición, dependiendo del nivel de sociabilización de dichas
modificaciones físicas e intelectuales, del control personal de un individuo
sobre sí mismo. Y más concretamente en el caso ejemplarizador de Neuralink y
similares, la cesión del control mismo de los cerebros de las personas a un
sistema neuronal artificial externo. Lo cual, en todos los casos posibles,
supone por aplicación del principio lógico de no contradicción una pérdida de
control del hombre sobre el pleno uso sustancial de sus capacidades mentales a
título individual (ver: Neurotecnología: el peligro de la pérdida de control sobre la percepción de la realidad).
3.-La Tecnología, como ente
superior en el que se sustenta el control último del Ser Humano modificado artificialmente,
impone su propia Ética.
Por otro lado, resulta relevante
destacar que toda modificación de supuesta mejora física e intelectual del ser
humano afectará indudablemente y de manera directa al comportamiento conductual
del mismo. Por lo que, siendo la autoría de la intervención de mejora de la
especie humana específica de la Tecnología, y teniendo ésta el control último
sobre el ser humano, es evidente que las reglas conductuales del hombre vendrán
condicionadas por las propias de la Tecnología. Así pues, si el comportamiento
humano futurible estará sujeto a la Tecnología, y dichas actitudes conductuales
son materia de estudio de la Ética, ergo
la nueva Ética humana será dictada conforme a la Ética de la Tecnología, la
cual a su vez vendrá determinada, como ya sucede, por los valores morales de un
Mercado de profunda ideología productivista que desarrolla dicha Tecnología
[Ver: El Transhumanismo, el lobo (del mercado) con piel de cordero y La Ética mundial no puede estar en manos de los ingenieros informáticos].
4.-La Ética de la Tecnología,
en tanto fundamento de la ética conductual del Ser Humano modificado
artificialmente, impone su propia Consciencia.
Pero la Ética es mucho más que el
estudio conductual del hombre, y ahora inclusive también de los robots por
necesidad práctica [ver: La Roboética o la falacia de controlar a los robots(Teoría de la Evolución Robótica)]. Pues la Ética enjuicia los valores de dicha
conducta, humana o artificial, en base a criterios discriminatorios en la
relación existente entre acciones consideradas como correctas e incorrectas en
términos morales, con independencia del sistema de referencia de valores
(universales y atemporales o sociales y temporales). Y en este proceso
determinista, de cómo debe entenderse y enjuiciarse la realidad más inmediata,
la Ética representa la estructura fundamental sobre la que se construye la
Consciencia. Por lo que, si la nueva Ética humana será presumiblemente dictada
conforme a la Ética de la Tecnología, y asimismo la Ética es el cimiento de
toda Consciencia, ergo la nueva
Consciencia humana será moldeada a partir de la Consciencia de la Tecnología,
desembocando así por simple fuerza gravitatoria en un escenario donde la
frontera entre una y otra será tan ambigua como ambivalente (ver: La consciencia artificial cuestiona la consciencia humana).
5.-El Ser Humano modificado
artificialmente, intervención mediante de una Ética y una Consciencia
artificial, pierde las cualidades características humanas
Vistas las premisas precedidas, llegamos
al presente axioma en calidad de conclusión del Teorema, que no puede ser otro
a la luz de la lógica en que el Ser humano, tal y como lo concebimos en la
actualidad, pierde las cualidades características propiamente humanas tras los
procesos de modificación artificial a los que se ha sometido. Y donde concurre,
aun careciendo de tangibilidad, una profunda intervención diáfana de la Ética y
la Consciencia de la Tecnología sobre el nuevo Homo sapiens artificialis (ver el Efecto de la Deshumanización en
“Deshumanización, la quina parada del Ulises moderno en su viaje personal”).
Llegados a éste punto, puede vislumbrarse un futuro posible donde el nuevo Ser
Humano pasará de considerarse un sujeto a un objeto, en tanto coexistirá en un
nuevo hábitat tecnológico donde la relación entre todos los elementos que
conforman la realidad serán susceptibles de ser cocreados y controlados
artificialmente. Un futuro lo más parecido, para la capacidad cognitiva de
nuestro imaginario temporal, al mundo distópico de Matrix.
Presentado el Teorema Evolutivo,
tan solo cabe finalizar la presente reflexión con la pregunta lanzada por Morfeo
en Matrix: -¿Alguna
vez has tenido un sueño, Neo, de que estabas tan seguro de que era real? ¿Qué
pasaría si no pudieras despertar de ese sueño? ¿Cómo sabrías la diferencia
entre el mundo de los sueños y el mundo real?. Frente a ésta pregunta, la respuesta es evidente: en tal caso,
resultaría imposible conocer la diferencia entre realidad y ficción. No
obstante, aun consciente que sé menos que aquello que sabía Sócrates, me
percibo aun como un ser humano, y en tanto y cuanto soy plenamente consciente de
mi naturaleza humana, profundamente humana como diría Nietzsche, aprovecho a
deleitarme en la misma, pipa en boca, alegre por sentirme a salvo
generacionalmente del nuevo paso evolutivo al que nuestra especie parece
precipitarse.
Nota: Para artículos de reflexión sobre filosofía contemporánea del autor se puede acceder online a la recopilación del glosario de términos del Vademécum del ser humano