Cuando
hacemos referencia a los héroes nos retrotraemos a la época de los
mitos clásicos, y más específicamente a los tiempos de los héroes
griegos en el contexto de nuestra tradición cultural. Unos héroes
exuberantes en aventuras apasionantes, todas de ellas catársicas con
mensaje moral incluido, que tanta tinta han hecho correr en epopeyas
varias a lo largo de la historia, alimentando el imaginario artístico
de pinturas y estatuas, y que en la actualidad son fuente de
inspiración para argumentarios de éxito como pueda ser la propia
saga de Star Wars.
Sí,
toda sociedad necesita de héroes como espejos icónicos sobre los
que reflejarnos para poder reunir el valor suficiente que se requiere
para afrontar las dificultades y los retos que nos vamos encontrando
a lo largo de nuestro viaje existencial como mortales. Y sí, hoy en
día también contamos con héroes. Pero en vez de tener que lidiar
con los caprichos de los dioses del Olimpo, nuestros héroes se
enfrentan a los dioses -igualmente inaccesibles y omnipresentes- que
viven en el Mercado. Y en vez de tener que combatir feroces
monstruos, su lucha encarnizada se centra en el cuerpo a cuerpo con
la Economía, la hidra de mil cabezas cuya fuerza es invisible, pero
no por ello menos mortífera. Héroes de la actualidad que conocemos
bajo el nombre de Desempleados.
El
héroe Desempleado es aquel que, aun queriendo trabajar, está fuera
del mercado laboral, pero que lucha con todas sus fuerzas por
conseguir su propósito de volver a conquistar un puesto de trabajo
que lo dignifique como ser humano. Un mortal que, en su periplo de
héroe, inicia la aventura de conseguir trabajo recorriendo el mismo
viaje que, en antaño, recorrieron los héroes clásicos: iniciar la
aventura, superar retos y tentaciones, caer en el abismo social para
posteriormente alcanzar la revelación, transformarse como persona,
sanar y purgar los asuntos vitales no resueltos, y regresar a su
hogar ya como vencedor (en este caso con la victoria de un trabajo
digno y dignificante, en contraposición a la estafa de los trabajos
precarios). Todo un proceso de iniciación y transformación personal
que, a diferencia de los héroes mitológicos, los héroes de la
actualidad no cuentan con ningún mentor o ayudante (en la gran
mayoría de los casos), y mucho menos con ninguna ayuda de naturaleza
sobrenatural, por lo que muchos son los héroes que perecen durante
el viaje quedando atrapados en el abismo de la marginalidad social.
Si
tuviéramos que definir las cualidades del héroe Desempleado que
finaliza con éxito su aventura casi titánica, está claro que más
allá de la preparación profesional (pues no caben más títulos ni
currículums experimentados en las paredes de los pasillos y salas de
espera de las oficinas del paro), destacaríamos su habilidad por
superar los diferentes obstáculos con esfuerzo, persistencia y
capacidad de reinvención. Pero además, como buen héroe, hay que
sumar a su aventura episodios de suerte, oportunidad, ayuda de
terceros e incluso de la injerencia del destino. Pues no hay héroe
que no necesite, a lo largo de su experiencia iniciática, de una
ayuda in extremis para continuar su viaje. Por lo que,
tristemente, muchos son los Desempleados llamados a ser héroes, pero
pocos los héroes Desempleados tocados por la gracia de la Fortuna.
A
todos los héroes Desempleados de buena fe, personas sin nombres y
apellidos a los ojos de la Historia (pero con historias familiares
reales), mi mayor respeto y mis mayores deseos para que en este año
nuevo se les conceda el éxito del trabajo digno conquistado.
Nota: Este
y otros artículos de reflexión se pueden encontrar recopilados en
el glosario de términos del Vademécum
del ser humano