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"Salas de los Espejos del Infinito" de Yayoi Kusama |
La crisis económica, la
cual ya lleva instaurada en España casi una década, no solo nos ha
arrastrado a una importante crisis social que ha fulminado el logro
por excelencia del moderno Estado del Bienestar Social: la clase
media (la cual ha sucumbido por asfixia en una carrera de resistencia
financiera de fondo), sino que, más peligroso aún por sus efectos
nocivos futuros, ha instaurado un nuevo paradigma en el mercado
laboral: el sistema cerrado. Entendiendo un sistema cerrado como un
sistema que no se oxigena, ni retroalimenta, ni interactúa con
agentes externos a él, por lo que se convierte en endogámico y, por
derivación, en un sistema enfermo. En otras palabras, podemos
asemejar el mercado laboral a nivel local -del cual malviven millares
de autónomos y pymes-, como una ciudad sitiada sin acceso posible a
víveres y a relaciones comerciales externas, quedando a expensas de
su propia capacidad de resistencia.
Un sistema cerrado
laboral del que podemos extraer un Teorema de naturaleza pedagógica:
la del Trabajador y la Habitación de los Espejos. Veamos la
hipótesis del Teorema:
Imaginemos un sistema
laboral cerrado como una habitación de espejos -con puerta camuflada
incluida-, el reflejo de los cuales pueden dar la falsa impresión de
encontrarnos en una habitación infinita, y por tanto en un sistema
abierto, pero que impiden al trabajador salir de dicha habitación
por las barreras físicas de la misma.
Frente a este axioma,
podemos deducir las tesis del Teorema:
1.-La capacidad del
trabajador de salir de la habitación de los espejos, y por tanto
de acceder a un sistema laboral abierto que le permita autorealizarse
personal y profesionalmente, es directamente proporcional a su
capacidad de movilidad geográfica.
En contra de lo que se
pueda pensar, el adn del trabajador español medio actual le
imposibilita psicológicamente salir de su habitación de espejos,
prefiriendo la comodidad de la prisión conocida que el espacio de
confort futuro por conocer. Uno de los factores claves de este
comportamiento es el miedo a lo desconocido, pues muchas personas no
pueden concebir un futuro más allá de los límites que pueden ver.
Como dice el profesor Jorge Estera, en su obra “Paradoja de la
Creatividad”, es como si el trabajador español llevase de serie,
desde el momento de su nacimiento, una marca de origen que le inhibe
traspasar los límites de su ciudad.
2.-La capacidad del
trabajador de salir de la habitación de los espejos, y por tanto
de acceder a un sistema laboral abierto que le permita autorealizarse
personal y profesionalmente, es igual a su capacidad de
persistencia por encontrar la puerta de salida elevado al cubo.
Al contrario
de lo que sucedía con anterioridad a la crisis económica, en que
cualquier propuesta profesional encontraba con cierta facilidad y
celeridad una respuesta satisfactoria en el mercado laboral, el
estado de situación actual que nos toca vivir se caracteriza por su
falta de respuesta ante una acentuada brecha entre oferta y demanda
laboral (en cuyo espacio vacío intermedio se genera incluso el
efecto del eco). Por lo que obliga al trabajador a multiplicar
estadísticamente sus esfuerzos comerciales por lograr un éxito. En
este punto, recomiendo la lectura de “La Fórmula de
la Gestión del No Recibido: GNR=(P.GE.DPO/T)M”,
-que es igual a la suma de los productos de la Persistencia (P), por
la Gestión Emocional (GE) y por la Dirección Por Objetivos (DPO),
dividido por el factor Tiempo (T), y elevado a la potencia de la
Motivación (M)-, de la serie de nomenclaturas sobre Desarrollo
Competencial de mi obra “Las Fórmulas de la Vida”.
y, 3.-La
capacidad del trabajador de salir de la habitación de los espejos,
y por tanto de acceder a un sistema laboral abierto que le permita
autorealizarse personal y profesionalmente, es igual a la suma de
las capacidades de la movilidad y la persistencia multiplicado por la
capacidad creativa.
Pues toda
movilidad tiene una dirección, y no hay dirección sin una intuición
previa hacia dónde enfocar nuestras acciones, siendo la intuición
parte nuclear de la creatividad. Así como no existen resultados
nuevos en nuestra acción reiterada y persistente sin la creatividad
necesaria para modificar, redefinir o adaptar dichas acciones para
alcanzar nuevos y mejores resultados en nuestra tarea por encontrar
la puerta de salida de la habitación de los espejos. (Si hacemos lo
que siempre hemos hecho, obtendremos los mismos resultados hasta la
fecha, sumergiéndonos en el bucle paradójico del ratón que no deja
de correr en su rueda sin moverse del sitio). En este punto,
recomiendo la lectura de “La Fórmula de la
Creatividad: C=(I2.T)S”,
-que es igual a la Inspiración y la Interrelación (I2) por el
producto de la Transpiración (T) elevado al factor de Soñar (S)-,
de la serie de nomenclaturas sobre Desarrollo Competencial de mi obra
“Las Fórmulas de la Vida”.
Así pues, visto el
Teorema del Trabajador y la Habitación de los Espejos, es hora -en
estos tiempos, de suma y sigue, de sequía de ofertas laborales- que
despertemos de nuestro sueño inducido por el reflejo ilusorio de los
espejos infinitos de nuestra habitación, y salgamos a la aventura de
buscar nuevos horizontes, armados con la fuerza de la persistencia en
nuestro trabajo, y empujados por la creatividad que sueña un mañana
personal y profesional mucho mejor. O, dicho de otra manera, visto el
Teorema: es hora que el trabajador español se convierta en
emprendedor, ya que es la única manera posible de volver a un
sistema laboral abierto y enriquecedor para el conjunto de la
sociedad.