Por todos es conocido, o
intuido, los beneficios de los pensamientos positivos en nuestras vidas. De
hecho, muchos son los que hablan de los pensamientos positivos, pero pocos
saben cómo producirlos más allá de la ineficaz y extendida técnica de reducirlo
a la repetición de un mantra positivo durante varias veces a lo largo de
diversos días.
Antes de ver la fórmula y
desglosarla entre los factores que la componen, cabe apuntar que pensamiento y
sentimiento son dos caras indivisibles de una misma moneda, y mientras el pensamiento
es una estructura neurolingüística, el sentimiento es la carga emocional de
esta. No obstante, el pensamiento –un tamiz de enjuiciamiento de la realidad
profundamente cultural-, es quien crea el sentimiento –que al ser producto del
pensamiento, es así mismo cultural y no universal-. Si bien, para modificar un
pensamiento, hay que comenzar primero por modificar el sentimiento.
Dicho esto, vamos a ver a
continuación, de manera sintetizada y práctica, los factores claves de la
formulación del Pensamiento Positivo. Veamos:
P+=(P+/S+.CD)LLC
El Pensamiento Positivo (P+) es
igual a los factores del Pensamiento Positivo (P+) dividido por el Sentimiento
Positivo (S+), multiplicados por el producto de la Conciencia Despierta (CD),
elevados al valor de la Llave de Cambio (LLC) .
1.-Pensamiento
Positivo (P+)
Todo pensamiento es una
estructura neurolingüística que traducimos en una relación de palabras que
conforman una frase. Así pues, esas frases que podemos denominar positivas o
negativas no son más que un reflejo directo de nuestro pensamiento positivo o
negativo.
Cabe destacar que cuando tenemos
un pensamiento negativo no podemos eliminarlo, porque ya ha sido creado en
nuestra mente, pero sí que podemos substituirlo por otro pensamiento positivo,
para que su recorrido y efecto en nuestra mente (y por extensión en nuestra
vida) sea corto y efímero.
Substituir un pensamiento
negativo por otro positivo es tarea fácil, tan solo debemos estar alerta (Conciencia
Despierta) cuándo producimos un pensamiento negativo y, automáticamente, pronunciar
(en silencio o voz alta) un pensamiento positivo. A esa reacción, frente a un
pensamiento negativo invocar otro de carácter positivo, le llamamos substitución.
Para que dicho proceso se convierta en un hábito, y finalmente nuestra mente
deje de producir pensamientos negativos a favor de solo producir pensamientos
positivos, nuestra estructura mental necesita de una práctica diaria y continua
de cerca de un mes (21 días).
2.-Sentimiento Positivo (S+)
No obstante, muchos
“positivistas” tan solo se quedan en el paso anterior, y por tanto su
frustración es máxima cuando observan, al paso de un tiempo, que la repetición
como un mantra de un pensamiento positivo no les ha llevado a ningún cambio en
su vida. ¿El por qué?, sencilla y llanamente, porque no se lo creían. Actuaban
solo sobre la estructura neurolingüística del pensamiento, pero no así sobre su
carga emocional, el sentimiento. Por mucho que repitamos una frase positiva, si
no nos la creemos (que es igual a sentirla), no hay nada que hacer.
Es por ello que en materia de
gestión de pensamientos positivos, el sentimiento positivo es un factor clave.
Ahora bien, veamos, ya que los sentimientos negativos –que provocan que no nos
creamos lo que nos decimos-, no pueden ni eliminarse ni substituirse como en el
caso de los pensamientos. Así pues, ¿cómo convertimos un sentimiento negativo
en un sentimiento positivo?: la respuesta está en transmutarlo.
No obstante, antes de mostrar
cómo transmutar un sentimiento negativo en otro positivo, primero debemos
conocer que todos nuestros sentimientos son idénticos en naturaleza pero
diferentes en grado en un mundo dual. Es decir, al igual que variando el grado de
intensidad de la temperatura podemos sentir frío o calor, lo mismo sucede con
la dualidad de todos sentimientos conocidos y por conocer como: amor-odio,
valor-miedo, culpable-inocente, bueno-malo, éxito-fracaso, etc.
El conocimiento de esta
característica nos permite cambiar aquello que sentimos frente a las circunstancias de nuestra vida no
transmutando su naturaleza sino cambiando el grado, una acción a la que
llamamos transmutar. Una acción muy práctica ya que no hay que ir en contra de
nada, sólo buscamos la polaridad opuesta del sentimiento negativo que se nos
presenta y la aumentamos.
La clave para conseguir la
transmutación en la polaridad de un sentimiento la veremos seguidamente en el
factor la “Llave de Cambio” de la fórmula. No obstante, cabe remarcar que para
crear y gestionar los pensamientos positivos hay que comenzar primero por
transmutar los sentimientos negativos derivados del pensamiento que deseamos
cambiar en nuestra vida. Y, posteriormente, ya entramos en la substitución de
pensamientos negativos por positivos. Ese es el orden a proceder. Si en este
artículo lo hemos expuesto en orden contrario es simplemente para facilitar la
comprensión del funcionamiento pensamiento-sentimiento.
3.-Consciencia Despierta (CD)
Como hemos visto hasta ahora,
tanto para poder substituir los pensamientos, como para poder transmutar los
sentimientos, hay que estar en un estado de vigía activa de lo que pensamos y
sentimos en cada momento, para así poder actuar sobre ellos, y con la práctica
convertirlo en un hábito en nuestras vidas (No hay hábito sin práctica, ni
práctica sin disciplina: regla número uno de todo proceso de cambio).
Ese estado de vigía activa es lo
que denominamos Consciencia Despierta. De hecho, si paramos en aquello que
hacemos por un instante, y observamos lo que estamos pensando en este momento,
vemos que hay algo por encima de nuestros pensamientos que puede observarlos.
Ese observador es lo que llamamos Conciencia. Pero esa Consciencia (que es mía
e intransferible) solo puede observar en un solo tiempo: el momento actual y presente.
Por eso se dice que Presencia es Consciencia, y Consciencia es Presencia.
Como la Consciencia forma parte
de nosotros, de hecho es nuestro Yo más auténtico y verdadero (aunque este es
otro tema), solo con que nos propongamos la intencionalidad de que nos avise
cada vez que tenemos un pensamiento/sentimiento negativo concreto, de manera
fácil y sin esfuerzo nos lo indicará tantas veces como sea necesario a lo largo
del día, por muy abstraídos que estemos en el mundanal ruido. Esa actitud de
alarma permanente interior es lo que denominamos Consciencia Despierta. Y, como
todo, cuanto más se practique, más integrada la tendremos de manera natural en
nuestra vida cotidiana.
4.-Llave de Cambio (LLC)
Pero por mucho que tengamos
Consciencia Despierta en nuestras vidas, así como la habilidad para substituir
unos pensamientos por otros que nos hagan mejores, si no somos capaces de
transmutar los sentimientos negativos (yo no puedo, yo no valgo, yo no me lo
merezco) que nos lastran e imposibilitan avanzar, por otros de naturaleza
positiva (yo puedo, yo valgo, yo me lo merezco) que nos permitan reinventarnos
en una mejor y renovada versión de nosotros mismos, no iremos muy lejos en
nuestra práctica sobre gestión de pensamientos positivos. Es por ello que la transmutación de los
sentimientos es clave en este proceso. Una transmutación que logramos a través
de lo que denominamos aquí la “Llave de Cambio”.
Hay varias técnicas para
descubrir la Llave de Cambio de cada persona, pues esta es personal, íntima e
intransferible, aunque puede ir cambiando a lo largo de la vida de una persona.
La Llave de Cambio es aquel secreto personal que tiene la motivación suficiente
para ayudarnos a cambiar la polaridad de un sentimiento, y que es capaz de
cambiarlo de manera prácticamente ipso
facto: recordar un ser querido, recrear una canción, evocar una imagen,
focalizarnos en nuestro sueño vital, hacer uso de un amuleto, invocar una
espiritualidad, evocar a nuestro avatar o animal de poder, etc. Sabemos cuándo
hemos encontrado nuestra Llave de Cambio, cuando la invocación de ésta es capaz
de hacernos cambiar la vibración de un sentimiento, pudiéndolo transmutar de
negativo a positivo con fuerza, sin concesiones y de manera inmediata. Una facultad
que cada persona debe redescubrir en su propio caminar. No hay que decir que la
ayuda de una tercera persona experta ayuda en el proceso y acorta los tiempos.
Y sin más intención que el de
sintetizar los elementos clave para la gestión de los pensamientos positivos
(consciente que la brevedad de tiempo y palabras siempre limita), que siempre
son beneficiosos tanto a nivel personal como colectivo, espero que la
exposición de dicha formulación ayuden a quienes lo requieren y se dejen ayudar,
pues nadie puede vivir la vida por otro. Fiat
Lux!